La Historia Militar de Borja está por escribir, a pesar de que
aún se conserva en nuestra ciudad el cuartel edificado en el siglo XVIII para
servir de alojamiento a las unidades de guarnición. No son muchos los cuarteles
de esa época que se conservan en España y, sobre su interés, ya hemos llamado
la atención en otras ocasiones. Volveremos a hacer porque merece la pena.
Hoy queremos dar a conocer la visita efectuada a Borja, en
1916, por el Regimiento de Lanceros del Rey nº 1, de guarnición en Zaragoza,
con motivo de unas maniobras militares en esta zona. De ella informó
ampliamente el semanario Aires del
Moncayo, del que hemos tomado los datos.
El 18 de octubre de ese año llegó a la ciudad el oficial D.
Salustiano Lom, con una brigada, con el fin de ultimar los detalles para el
alojamiento de la tropa. Hay que tener en cuenta que, para entonces, el cuartel
ya no estaba operativo y las unidades que pasaban por aquí, debían ser alojadas
en casas particulares. Todavía hemos llegado a conocer en la década de los años
50 del pasado siglo este peculiar sistema, cuya organización corría a cargo de
las autoridades municipales.
A las seis de la mañana del día 19 salió de Zaragoza el
Regimiento con 191 hombres, 214 caballos en dos escuadrones y tres carros. Iba
al mando del coronel D. Miguel Franco-Romero Makenna. Este oficial de Caballería
había estado destinado en Melilla, tras salir de la Academia, tomando parte en
la llamada “Guerra de Margallo”, a la que hicimos referencia al tratar del
héroe de Magallón, y su comportamiento fue resaltado por el general Margallo
antes de morir. Se había hecho cargo del Regimiento poco antes y al retirarse
fue ascendido a General de Brigada.
Con él llegaron 23 jefes y oficiales, así como el capitán de
Estado Mayor D. Gonzalo de Benito, un brillante militar que posteriormente cursó
estudios en la Escuela Superior de Guerra de Turín y, en 1925, fue comisionado
para visitar diversas empresas de Alemania, Francia, Inglaterra, Dinamarca e
Italia. Tuvo la desgracia de que la guerra civil le sorprendiera en Madrid,
destinado en el Estado Mayor Central. No se sumó al Alzamiento pero, para
salvar la vida, se refugió en una embajada el 6 de noviembre de 1936 y, en
febrero de 1937, huyó a la zona nacional, a pesar de la cual fue pasado a la
reserva con el empleo de Teniente Coronel que tenía.
El Regimiento descansó en Alagón una hora y, continuó hasta
Gallur, donde simularon un reconocimiento del Ebro y comieron. A Borja llegaron
a las seis y media de la tarde, siéndole dispensado un cariñoso recibimiento.
Llamaba la atención la brillantez de sus uniformes y aquella
misma noche, tras montar una guardia en la Casa Consistorial, se organizó para
la tropa un baile popular en el Campo del Toro.
El día 20, se dividieron en dos bandos. El llamado “Norte” marchó
para Ágreda, Alfaro, Olite y Carcastillo. El bando “Sur” salió para Tauste y
Ejea y confluyeron para realizar los ejercicios programados.
El día 21 estuvieron en el Santuario de Misericordia para
continuar con maniobras nocturnas que no pudieron llevar a cabo, debido al mal
tiempo reinante. El domingo 22,
asistieron a Misa en la iglesia de Santo Domingo, a la que también acudió numeroso
público. Después efectuaron reconocimientos en Maleján, Ainzón y Bureta y la
sección de explosivos tendió una vía férrea en Ejea, para ejercitarse en su
voladura con explosivos. Por la tarde hubo un nuevo baile popular en el Campo
del Toro y, para los oficiales, se improvisó otro en el Casino de la Amistad.
A las nueve de la mañana del día 23, salieron de Borja,
siendo despedidos por el Sr. Alcalde que, en aquellos momentos era D. Rodolfo
Araus Chíes, y un gran número de personas. A todos ellos les manifestaron su
satisfacción por las atenciones y muestras de cariño recibidas durante su
estancia que transcurrió sin ningún tipo de incidentes, dejando impresionada a
la población por la afabilidad y caballerosidad de todos los miembros del
Regimiento.
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