Tuvimos la fortuna de conocer a D. Juan Casado Alcaide con
ocasión de la visita efectuada a Borja por una delegación del Ayuntamiento de
Montilla. Desde entonces, han sido varias las ocasiones en las que ha tenido la
amabilidad de donar a nuestro Centro una serie de documentos, adquiridos a sus
expensas. El último de estos envíos lo recibimos ayer y, aunque haremos
referencia a su contenido en otros artículos, hoy queremos resaltar una imagen
relacionada con la imposición del capelo cardenalicio a D. Vicente Casanova y
Marzol, que no teníamos en nuestros fondos.
En la fotografía tomada a las puertas del Palacio Real aparecen
los cardenales D. Eustaquio Ilduaín Esteban, arzobispo de Sevilla, y D. Vicente
Casanova Marzol, arzobispo de Granada, a los que el 16 de abril de 1925 S. M.
el Rey Alfonso XIII impuso el capelo, tras ser creados cardenales por S. S. Pío
XI en el consistorio celebrado el 30 de marzo de ese año. Junto a ellos
aparecen los ablegados pontificios y guardias nobles que trajeron los capelos,
desde Roma, a los que mencionaremos más adelante.
El
cardenal Ilundain había nacido en Pamplona el 20 de agosto de 1862 y tras cursar
los estudios eclesiásticos en el seminario de su ciudad, se graduó como Doctor
en el seminario de Toledo, siendo ordenado sacerdote en 1886. Ejerció la
docencia en los seminarios de Pamplona y Sigüenza, ciudad esta última en la que
fue arcipreste de su caredral. En 1905 fue consagrado obispo de Orense, siendo
preconizado a la archidiócesis de Sevilla en 1920, donde falleció el 10 de
agosto de 1937. Fue creado cardenal, como hemos dicho, en 1925 con el título de
San Lorenzo in Panisperma.
D. Vicente Casanova Marzol nació en Borja el 16 de abril de
1854. Ordenado sacerdote en 1881, tras desempeñar su ministerio pastoral en las
parroquias de Maluenda y Alfaro, obtuvo por oposición, en 1892, la plaza de
rector de la parroquia del Buen Consejo de Madrid. El 19 de diciembre de 1907
fue nombrado obispo de Almería, siendo consagrado el 25 de marzo de 1908.
Promovido a la sede metropolitana de Granada, en 1921, el Papa Pío XI lo creó
cardenal, en el mismo consistorio que el anterior, con el título de los Santos
Vidal, Gervasio y Protasio. Falleció en Zaragoza, el 23 de octubre de 1930,
cuando se encontraba asistiendo al III Congreso Catequético Nacional.
Esta imagen corresponde al momento en el que el cardenal
Casanova recibe el capelo de manos del Papa Pío XI en Roma, ceremonia
inmediatamente posterior al de su creación como cardenal en el consistorio.
Pero los Reyes de España tenían el privilegio de imponer, posteriormente, el
birrete a los nuevos purpurados españoles en un solemne acto que se celebraba
en el Palacio Real.
La ceremonia que estamos comentando tuvo lugar en la capilla
de Palacio yse tuvo que posponer unos días porque el cardenal Ilundaín se
encontraba indispuesto tras su regreso de Roma.
La prensa de la época dio noticia del desarrollo del acto,
presidido por los Reyes que hicieron su entrada en la capilla, precedidos por
los gentilhombres y mayordomos de semana, así como por los Grandes de España:
duques de Fernán Nuñez, Medinaceli, Seo de Urgel, Aliaga, Villahermosa, Vega,
Almenara Alta y Santa Cristina, marqueses de Velada, Santa Cristina, Santa
Cruz, Castromonte, Valdetarrazo, Mondéjar, Canillejas, Quirós, Fontalba, Romana
y Argüeso, más los conde del Real, Elda, Villagonzalo y Bilbao.
Les seguía en nuncio de Su Santidad monseñor Tedeschino; los
cardenales de Burgos y Tarragona; S. A. R. el Príncipe de Asturias y los
infantes D. Alfonso María de Borbón y D. Fernando de Baviera.
El Rey vestía el uniforme de los Lanceros y la Reina Dª.
Victoria Eugenia un traje de tisú de plata con mantilla negra. Le acompañaba S.
A. R. la infanta Dª. Beatriz y un nutrido grupo de damas.
En el lugar destinado al público se situaron las comisiones
de Almería, Granada, Sevilla y Pamplona. También estuvo presente una representación
de Borja, encabezada por su Alcalde D. Juan Antonio Alzola. Ecos del Moncayo,
detalló el nombre de los integrantes que eran el arcipreste D. Manuel Peiro, el
sacerdote D. Pablo Pérez Montorio, D. Pedro A. Bermejo, D. José Garitaoitia, D.
Manuel Sanjuán, D. Rafael Castro, D. Manuel Val, los sobrinos del cardenal D.
Fausto, D. Pedro, D. Marcos, D. Narciso y D. Nicolás y D. Vicente, sus sobrinas
Dª. Generosa Marzol y Dª. Aurelia Rivas, D. Vicente Salinas y el autor de la
crónica que firmaba M. F.
Todos
ellos acompañaron al cardenal, el cual intercedió ante el Mayordomo de Palacio
para que tuvieran acceso a la capilla, como así fue.
En la mañana del día señalado el cardenal fue conducido a
palacio en carroza de gala, acompañado por el Guardia Noble conde Salimei, que
era el que el Papa le había asignado, mientras que al cardenal Ilundaín, le
acompañó el conde Ambrosi.
Una vez en el interior de la capilla, el notario de la misma
leyó el Breve Pontificio que daba cuenta de la creación de los nuevos
purpurados y seguidamente se adelantó al estrado que ocupaban los monarcas el
cardenal Ilundaí, acompañado por el ablegado pontificio D. Luis Centoz, que era
quien portaba el capelo, que le fue impuesto por D. Alfonso XIII. Seguidamente se repitió la ceremonia
con el cardenal Casanova, portando el capelo el ablegado D. José Migone.
Tras pronunciar unas palabras de agradecimiento el cardenal
Ilundaín se celebró la Santa Misa. La capilla real interpretó la Misa en FA de
Foschini y otras composiciones.
Por la noche, en el comedor de gala de Palacio SS. MM.
ofrecieron una cena a la que asistieron 62 personas. La relación detallada de todos
los participantes también fue ofrecida por la prensa. Lógicamente, a ella no
asistieron los borjanos y el improvisado cronista comentaba: “Del banquete con
que S. M. obsequió a los Eminentísimos Cardenales, nada puedo decir porque...
nada vi ni probé”.
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