sábado, 8 de agosto de 2020

La archicofradía de Nuestra Señora del Pianto de Roma

         Ayer dimos a conocer la bula de agregación de la cofradía de San Pedro de Ainzón a la archicofradía de Nuestra Señora del Pianto (de Roma) que se conserva en nuestro archivo. Hoy queremos comentar la historia de esa archicofradía romana a la que también fue agregada en 1646 la cofradía de Ntra. Sra. de Misericordia de Borja, fundada en el siglo XVI. 

         Tiene su sede en una iglesia situada en el centro histórico de Roma, frente a la plaza delle Cinque Scole, dedicada a esta advocación mariana en el lugar donde anteriormente se encontraba la de San Salvador de los Caldereros, un gremio que sigue dando nombre a una de las calles contiguas.

         Esta zona correspondía al barrio judío, al que se accedía por este arco del palacio de la familia Cenci, bajo el que se encontraba, en uno de sus muros, esa imagen de la Virgen ofreciendo una manzana al Niño que algunos han descrito con una Virgen galactotrofusa, al confundir la manzana con el pecho que estaría amamantando a su Hijo.

         Allí, en la noche del 10 de enero de 1546 se enzarzaron en una violenta pelea dos jóvenes de la familia. En un determinado momento, uno de ellos cayó al suelo y cuando el otro iba a acabar con su vida, le rogó que no lo hiciera por amor a la Virgen que los contemplaba. Arrepentido, tendió la mano a su oponente y lo levantó del suelo, pero el caído aprovechó la circunstancia para retomar su arma y asesinarle alevosamente.

         Fue entonces cuando la Virgen comenzó a llorar y continuó haciéndolo durante dos días, ante la admiración de las numerosas personas que se acercaron a presenciar el prodigio.


         Ante la creciente devoción que despertó la imagen de esa Virgen que fue llamada “del Pianto”, los caldereros decidieron levantar un nuevo templo donde se encontraba el de San Salvador, encargando su construcción a Nicolò Sebregondi. Las obras se llevaron a cabo entre 1608 y 1612, pero no pudieron realizarse conforme al proyecto original, de manera que la nueva iglesia quedó sin fachada y englobada entre viviendas privadas. Fue confiada a la congregación de los Oblatos de la Virgen María con el propósito de evangelizar a los judíos del barrio. Actualmente es una rectoría al frente de la cual siguen los oblatos.

         Muy poco después del milagro se creó una cofradía bajo el título de Santa María del Pianto que el Papa Paulo III (1468-1549) reconoció como archicofradía. Teniendo en cuenta el año del fallecimiento del Pontífice, se puede constatar la rapidez de la difusión del culto (mucho antes de que estuviera terminada la nueva iglesia). Su condición de archicofradía permitió que a ella se agregaran cofradías de otros lugares, como ocurrió con el caso de las de Ainzón y Borja.

         Comoquiera que quienes provocaron el llanto de la Virgen fueron dos jóvenes Cenci, merece la pena que dediquemos otro artículo a esta desgraciada familia y al terrible final de la misma.


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