El reportaje aparecido el pasado domingo en Heraldo de Aragón, en el que se afirmaba que las lagunas de Agón y Bisimbre “mejoran sus elementos interpretativos para poner en valor su diversidad biológica y atraer a los amante de las aves a la zona”, nos animó a visitarlas ese mismo día, para comprobar las supuestas mejoras introducidas.
En
primer lugar, debemos reconocer que no tenemos claro cuál es la laguna de Agón
y cuál la de Plantados (Bisimbre). En la que el reportaje afirma que es la de
Agón (la que se ve desde la N-122), hay un cartel que sugiere, al hablar de sus
aves, que se trata de la otra. Pero esto es algo que cualquier conocedor de la
zona puede señalarnos con precisión.
Conviene
recordar que, hace ya algunos años, se instaló allí una caseta de madera, como
observatorio de aves, junto con paneles explicativos. Pero, el abandono al que
fueron sometidas las instalaciones provocó su deterioro.
La
caseta fue vandalizada y el conjunto recordaba el aspecto de aquellos poblados
abandonados del lejano Oeste. Desde el Observatorio del Paisaje se promovió la
retirada de la misma y se dio impulso a la recuperación del entorno, con el
resultado que pudimos comprobar.
Sobre
el lugar en el que se asentaba la caseta se han colocado unas mamparas de
madera, con aberturas a distinta altura (nos imaginamos que son para permitir
la visión a adultos y menores), aunque la falta de protección y de alguna
repisa en la que dejar las guías que suelen llevar los amantes de la Naturaleza
constituye un inconveniente.
No
sabemos cuánto tiempo ha transcurrido desde que se colocaron, no mucho
seguramente, pero ya han sufrido el ataque de los vándalos que han arrancada
toda una mampara lateral y una tabla en otra. Es algo incomprensible.
Como
también lo es el que se hayan mantenido los antiguos carteles, sin someterlos a
ningún tipo de tratamiento ni limpiarlo, salvo que las deposiciones de las aves
que hay en ellos constituya un valor a proteger.
Menos
mal que unos maderos dispuestos en el suelo, delimitando unas plazas de
aparcamiento, constituyen un elemento muy útil para favorecer la adecuada
colocación de los numerosos vehículos que se acercan hasta el lugar.
Mientras
en la primera había bastante agua y, por lo tanto, abundantes aves, la otra
estaba seca, algo propio de estas lagunas endorréicas en temporada estival.
Allí
se ha cambiado el soporte de panel explicativo, que sigue siendo el mismo, pero
nada se ha hecho en la antigua cerca instalada delante con un fin no demasiado
claro.
Los
maderos caídos y abiertos por la acción de los elementos atmosféricos daban un
aspecto de abandono que debería ser corregido.
A
falta de aves en ese lugar, las personas que nos acompañaron disfrutaron mucho
clasificando la vegetación propia de esos suelos que tiene también mucho
interés.
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