Ya comentamos la sorpresa que había
producido la convocatoria de un concurso literario en Ambel, al que podían presentarse
obras “escritas en castellano o en cualquiera de las 17 lenguas que se hablan
en el territorio español”, cuya relación se ofrecía en las bases. Pero, en el “territorio
español” se hablan en la actualidad muchas más lenguas, las que han traído con
ellos los inmigrantes procedentes de los más diversos lugares.
Pero el que, entre ellas, incluyeran al “silbo gomero” era lo más llamativo ya que no puede afirmarse con propiedad que “se hable” y, desde luego, no se escribe, por lo que resulta imposible enviar a Ambel un relato escrito en silbo gomero.
Aunque muchos de nuestros lectores conocen
este lenguaje que fue inscrito en la Lista Representativa del Patrimonio
Cultural Inmaterial de la UNESCO en 2009, vamos a recordar en qué consiste.
La especial orografía montañosa de la
isla de la Gomera propició que sus antiguos pobladores guanches inventaran un
sistema para comunicarse a distancia entre los valles, mediante un código de
silbidos, aunque también fue utilizado en otras islas canarias.
Tras la conquista del archipiélago y de
esta isla en particular, los nuevos pobladores adoptaron este procedimiento,
aunque adaptándolo al idioma castellano, pues el de los guanches había
desaparecido.
Los investigadores que se han ocupado
de esta cuestión siguen manteniendo opiniones contrapuestas acerca de si,
realmente, se trata de un idioma o de la adaptación del castellano mediante un
peculiar sistema de comunicación en el que vocales y consonantes son reemplazadas
por diferentes silbidos, aunque tanto el número de unas como de otros es muy
reducido.
Utilizado fundamentalmente por pastores,
su uso comenzó a decaer con la llegada de nuevos medios de comunicación y con el
notable descenso de ganadería extensiva, por lo que se encontraba en trance de
desaparecer y su uso circunscrito a personas nacidas antes de 1950.
Por ese motivo, el Gobierno de Canarias
impulsó una serie de medidas destinadas a su protección, como la declaración de
Patrimonio Etnográfico en 1999. Aunque la más importante fue su introducción en
el sistema educativo como una asignatura más, por lo que los niños actuales lo aprenden
en los colegios.
Pero, como
no se escribe, este niño gomero está preparando su contribución al concurso de
Ambel, con la esperanza de que admitan su relato silbado, a través del teléfono,
uniendo de esa forma las nuevas tecnologías con las antiguas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario