La
historia de Vera de Moncayo está ligada a la del antiguo monasterio de Santa
María de Veruela, la primera fundación cisterciense en el reino de Aragón, que
se encuentra en su término municipal y al que perteneció hasta el siglo XIX.
En
la actualidad, la localidad pertenece a la comarca del Moncayo y Tarazona,
aunque la incluimos aquí por su ubicación en el valle del río Huecha y por sus
permanentes relaciones con nuestra zona. De hecho, está integrada en la
Denominación de Origen “Campo de Borja” y en el monasterio se encuentra el
Museo de la misma.
Sin
lugar a dudas, el monumento más importante es el propio monasterio que, en la
actualidad, es propiedad de la Excma. Diputación Provincial de Zaragoza que ha
propiciado la restauración del mismo.
El
monumento está abierto a las visitas turísticas y, en su antigua cilla, ha sido
instalada recientemente una exposición sobre la presencia de los hermanos
Bécquer, a mediados del siglo XIX. Para aquellos que no puedan acercarse
físicamente hasta este maravilloso lugar, pueden conocerlo a través de un
recorrido virtual en la siguiente dirección: http://www.visitaveruela.com/
En las proximidades de
Vera, en un cabezo situado a la derecha de la carretera que conduce al
monasterio se encuentra el yacimiento
arqueológico de La Oruña, un poblado de la I Edad del Hierro, como otros
existentes en el valle, al que algunos autores han llegado a identificar con Turiaso.
Se conocía su existencia desde el siglo pasado, ya
que los jesuitas que se instalaron en Veruela, a finales del siglo XIX,
reunieron una colección de restos procedentes de ese lugar. Recientemente, se
llevaron a cabo excavaciones con metodología científica que han arrojados
nuevos datos.
Por
otra parte, se ha instalado un Centro de
Interpretación del mismo en Vera, al que se accede desde la misma
carretera a Veruela y Alcalá y Añón, otras dos bellas localidades a las que ya hemos hecho referencia en este blog.
Allí se ha reproducido
una cabaña de las que formaban parte del poblado y se exhiben muestras de
cerámica y otros objetos relacionados con la cultura de la I Edad del Hierro.
Dispone también de una sala de audiovisuales y
juegos interactivos en las dos plantas de la nave que lo acoge y cuya visita recomendamos a todos nuestros lectores.
Desde el siglo XII se conoce la existencia de un castillo donado por Alfonso II de
Aragón al monasterio. Destruido durante la guerra de los dos Pedros, fue
reedificado en la segunda mitad del siglo XIV. Conserva, todavía, restos
importantes aunque enmascarados por las edificaciones que le rodearon.De planta
poligonal de cinco lados, mantiene sus muros que delimitan un espacio que,
todavía, se conoce como “huerto del castillo”. En la esquina sur de la fachada
principal que se abría a la plaza, se alza una torre de mampuesto de sillarejos
y de planta rectangular. Está abierta al interior del recinto y está rematada
por merlones prismáticos, con saeteras. Tras la Desamortización fue vendido,
siendo utilizado como vivienda durante una buena parte del siglo XX.
Posteriormente fue arruinándose, aunque recientemente se han efectuado obras de
consolidación de sus restos.
La iglesia parroquial de la Natividad de Nuestra Señora es de
mampostería reforzada por sillares en los ángulos, siendo construida por el abad
de Veruela D. Lope Marco. Está situada junto al antiguo castillo y,
probablemente, se utilizaron materiales del mismo y su torre pudo pertenecer al
recinto fortificado.
Es
de planta rectangular con cabecera recta al exterior, aunque en el interior se
resuelve mediante un ábside poligonal de tres lados. Consta de presbiterio y
dos tramos, todos ellos cubiertos con bóveda de crucería estrellada en cuyas
aparecen pinjantes con motivos vegetales. En las centrales, mucho mayores
figuran las armas del abad Lope Marco y del arzobispo D. Hernando de Aragón,
como en otras obras de este mismo período realizadas bajo el mecenazgo del
citado abad.
A los pies del muro sur se levanta la torre. El
cuerpo inferior es de planta cuadrada y construido en mampuesto. Tiene saeteras
en su cara oeste, por lo que algunos autores han apuntado la posibilidad de que
formó parte del castillo, como antes hemos indicado. Sobre él se levantaron
posteriormente otros tres cuerpos de ladrillo y planta octogonal.
Dentro del término municipal de Vera, a la
derecha de la carretera que conduce a Añón y poco antes de llegar al embalse,
se encuentra la ermita de la Aparecida
edificada por la Compañía de Jesús, poco después de que se instalara en el
monasterio de Veruela, a finales del siglo XIX, para recordar la aparición de
la Virgen a D. Pedro de Atarés que, según la leyenda, dio origen a la fundación
del monasterio.
De planta hexagonal y reducidas dimensiones, los
muros más largos delimitan su única nave. El ábside es de forma poligonal, de
tres lados. La misma configuración adopta a los pues donde se abre la portada
de acceso, en arco de medio punto de piedra de sillería. Está construida en
mampuesto con pilastras de ladrillo en los ángulos. Los vanos de piedra, en
arco de medio punto, se cierran al interior con vidrieras.
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