La
Salve Galana es la ceremonia que, tradicionalmente, pone fin a las
celebraciones de la Semana Santa en nuestra ciudad. En la tarde del Domingo de
Pascua, muchas personas se dan cita en la ermita del Sepulcro, para felicitar a
la Virgen, tras la Resurrección de su Hijo.
En
el interior de esta ermita, levantada a comienzos del siglo XVIII, por
iniciativa popular, se veneraba la imagen yacente de Cristo realizada en
terracota por Gregorio de Messa que, en la actualidad, se exhibe en el Museo de
la Colegiata. En su lugar, se dispuso un vaciado de la misma.
Junto
a ella, se encuentra la Virgen de la Soledad. En este caso se trata de una
imagen “de vestir” cuya cabeza se atribuye al mismo escultor, aunque no hemos
encontrado, todavía, constancia documental de ello.
Este
año, en el interior de la ermita se congregaron numerosos devotos que deseaban
mantener vivo un acto que, en el transcurso del tiempo, ha sufrido algunas
interrupciones.
El
párroco de Borja, D. Florencio Garcés Argudo, explicó el significado del mismo
y la evolución sufrida ya que, hasta las últimas reformas litúrgicas, tenía
lugar el sábado. Posteriormente, se rezó el primer misterio glorioso,
ofreciendo cada Ave María por una intención específica.
Tras
el rezo de las Letanías, se cantó la Salve que, en esta ocasión, fue la que
siempre se cantó en esta fecha, en lugar de la Salve gregoriana que venía
cantándose últimamente.
El
buen tiempo que, durante estos días, no nos acompañó, se dejó sentir en esta
ocasión. Debemos señalar, sin embargo, que a pesar de las inclemencias
climatológicas se ha podido cumplir el programa establecido, con las necesarias
modificaciones y han sido muchas las personas que nos han visitado a lo largo
de la semana. Su presencia se ha dejado sentir, especialmente, en los museos de
la ciudad y en el Santuario de Misericordia, poniendo de manifiesto el cambio
que se ha operado, convirtiendo nuestra ciudad en destino turístico, algo que es
necesario potenciar.
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