En
el archivo de la familia Ojeda se conserva una interesante colección de antiguas
fotografías, a las que se ha recurrido, en numerosas ocasiones, para ilustrar
programas, libros y exposiciones sobre los más diversos motivos.
Entre
ellas se encuentra la de este personaje que algunos quisieron identificar como
el “cura de Huechaseca”. Las razones de esta disparatada atribución tienen su
origen en una obra del general D. Romualdo Nogués, en la que hacía alusión al
sacerdote que desempeñaba su ministerio pastoral en Huechaseca que, en aquellos
momentos, era un lugar habitado y con iglesia abierta al culto.
El
cura era un “patriota” que se negaba a vestir pantalones por ser una moda
llegada de Francia “que ningún buen español debía gastar”. No le faltaba razón
al clérigo, pues los pantalones que hoy son de uso común, fueron popularizados
durante la Revolución Francesa por los sans-culottes.
Por
esa razón, nuestro personaje, siguió utilizando en el siglo XIX las vestimentas
propias del siglo anterior: Calzón corto, un largo levitón y un enorme
tricornio sobre su cabeza. Así lo describía el “soldado viejo natural de Borja”,
destacando el hecho de que, por vestir calzón, quedaban al aire sus “delgadas
pantorrillas”.
Evidentemente,
el retratado no puede ser el párroco, pues sus pantorrillas no son,
precisamente, delgadas. Por otra parte, no creemos que llegara a conocer la
introducción de la fotografía, por lo que no pudo ser inmortalizado con su
peculiar vestuario.
En
cualquier caso, merece la pena reproducir la imagen de este recio aragonés, con
su camisa blanca y calzones ceñidos con amplia faja y pañuelo a la cabeza. Como
“complementos” dispone de una formidable vara y, en la faja, esconde lo que
parece una daga, más que navaja. Ignoramos su identidad pero, por el tipo de
pañuelo y por las botas que calza, podríamos situar la fotografía en los
primeros años del siglo XX.
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