Una
de las más bonitas tradiciones de nuestra ciudad es la ronda del roscón que, en
la víspera del día de San Jorge, recorre nuestras calles en las primeras horas
de la noche, reuniendo roscones que, posteriormente, son entregados en los
diversos centros asistenciales. A las once de la noche, la rondalla y los
joteros se congregaron en la plaza de España, frente a la fachada de la Casa
Consistorial, desde donde iniciaron la ronda por las calles del casco antiguo.
La
ronda va precedida por una persona que porta una larga pértiga para recoger los
roscones que le lanzan desde ventanas y balcones. Con ella marchan unos niños
con las cestas en las que se van depositando.
Desde
los balcones, se van deslizando los roscones por la pértiga aunque, en
ocasiones, es preciso utilizar otros procedimientos mecánicos debido a la
altura.
A
lo largo de todo el itinerario la jota brotó de las gargantas de diversos
intérpretes que acompañaban a la rondalla, algunos de ellos muy jóvenes, pero
en todas las ocasiones con la emoción que en todos despierta la bravura de
nuestro canto regional.
Como
en años anteriores, la ronda se detuvo ante la Casa de Aguilar, sede de nuestro
Centro, desde cuyo balcón fueron arrojados dos roscones.
Frente
a la fachada posaron todos los participantes en la ronda que, durante todo su
recorrido fue seguida por un equipo de Aragón TV que grabó los momentos más
significativos.
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