En
la noche del pasado Jueves Santo desfiló por las calles de Borja la conocida
como “procesión de los Cristos”, la más antigua de nuestra Semana Santa y que
está integrada por cinco pasos que corresponden a los Misterios Dolorosos del
Santo Rosario.
Abría
el desfile la Agrupación de Cornetas, Tambores y Bombos de la cofradía de San
Juan Evangelista, incorporada como acompañamiento musical aunque, en esta
procesión, no porta ninguno de los pasos.
El
primero de ellos es el paso de la Oración en el Huerto que tiene a su cargo la
cofradía de las Almas, creada en el siglo XVIII con el fin específico de llevar
este paso, dado que hasta ese momento era objeto de graves desórdenes entre los
jóvenes que pretendían sacarlo, por lo que tuvo que intervenir el corregidor
para poner orden, mediante la institución de una cofradía que no era gremial.
Curiosamente, en nuestros días volvieron a hacerse cargo del mismo los jóvenes
que, en la tarde del Viernes Santo, forman parte de la Unidad de Alabarderos.
Sigue
a continuación el paso de la Flagelación del Señor o Jesús atado a la columna,
correspondiente al Segundo Misterio, el cual es llevado por miembros de la
cofradía de San José, desde tiempo inmemorial. Visten túnica blanca con
capirote y vivos de color rojo.
El
tercer paso es el Cristo coronado de Espinas, conocido popularmente como “Cristo
de la Caña” que está a cargo de la Cofradía del Carmen, cuyos miembros visten
túnica marrón con vivos y capirote blanco, al que recientemente vino a sumarse
una capa blanca.
El
cuarto paso, es el de Jesús con la Cruz a cuestas que porta la cofradía de San
Antón, cuyos miembros visten túnica negra con vivos, cíngulo y capirote morado.
Finalmente,
el último paso, correspondiente al Quinto Misterio Doloroso es el de la
Crucifixión del Señor que, durante mucho tiempo, fue llevado por los hombres de
Acción Católica.
La procesión
estuvo presidida por el Párroco de Borja, D. Carmelo Roy Blasco, al que
acompañaban representantes de todas las cofradías borjanas.
Cerraba la comitiva la
Agrupación de Cornetas, Tambores y Bombos de la cofradía de San Sebastián y la
Verónica que ha sido la última en incorporarse a esta procesión que,
originalmente, hacía estación penintencial en los monumentos de los distintos
templos de la ciudad. Lo hace ahora en la iglesia de San Sebastián, del
convento de Santa Clara, y en la antigua parroquia de San Bartolomé, donde la
esperaban los miembros de la cofradía de San Bartolomé con cirios encendidos.
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