sábado, 12 de marzo de 2016

Recordando a un aviador borjano


            Los lectores que ya peinan canas recordarán, sin duda, la figura del Capitán del Arma de Aviación D. Antonio San Gil de Pedro que aparece en esta excelente fotografía que nos ha facilitado su hijo y en la que puede verse luciendo las condecoraciones que le fueron otorgadas a lo largo de su breve carrera militar, entre ellas la Cruz de Combatiente y la Cruz Roja del Mérito Militar, junto con la venera y distintivo de miembro de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza.

            Algunos de nosotros lo llegamos a ver sobrevolando, a muy poca altura, los cielos de Borja, efectuando algunas pasadas sobre el castillo y la torres de Santa María. A la voz de “Es el avión de San Gil”, salíamos los niños de nuestra clase del colegio para contemplar sus evoluciones.




            No es de extrañar, por lo tanto, el impacto que causó su trágica muerte en accidente de aviación, acaecida el 9 de febrero de 1953 y de la que informaba el artículo que publicó la Hoja Oficial del Lunes de Zaragoza, el 16 de febrero, fecha en la que se celebraron aquí los solemnes funerales por su alma.
            Dirigía entonces ese periódico D. Emilio Alfaro Lapuerta por lo que no es de extrañar las emotivas frases que se insertaban en la reseña: “Antonio San Gil de Pedro ya no volará sobre Borja, pero Borja sabrá conservarlo en su recuerdo, junto al cielo de sus esperanzas, tal como era, flor de caballeros, alegre, humano, todo simpatía y cordialidad”.



            El avión que pilotaba en el momento del accidente era un HA-43, una variante del HS-42, desarrollada por la empresa Hispano Aviación S. A. (la antigua Hispano Suiza, de ahí las iniciales de ambos modelos), a la que se había dotado de un tren retráctil. Precisamente, esta fotografía, de la colección Juan Arráez, corresponde a una de las pruebas realizadas, en la que pueden apreciarse las ruedas del tren, plegadas bajo el aparato.
            El Capitán San Gil se encontraba destinado en el Escuadrón de Experimentación en Vuelo y ese día debía volar el Capitán D. Álvaro Domínguez Aguado, en compañía de otro compañero que no pudo hacerlo, por lo que se ofreció a sustituirle Antonio San Gil.
            El objetivo del vuelo era realizar pruebas de velocidades máxima y mínima, entre Azuqueca y Alcalá de Henares, pero cuando apenas había transcurrido un cuarto de hora, de manera inesperada el avión dio vuelta y media en barrena y cayó en picado, estrellándose sobre un sembrado, incendiándose y provocando la muerte de los dos pilotos.


D. Álvaro Domínguez Aguado el día de su boda en un artículo de la Revista de Aeronáutica y Astronáutica (2013)
            Se da la circunstancia de que el otro piloto, D. Álvaro Domínguez Aguado, era cuñado de D. José María Otero Navascués, otro ilustre personaje relacionado con Borja donde aún se conserva el palacio familiar. Estaba casado con Dª Maribel Coig, la cual había sufrido la pérdida de su hermano, pocos años antes, en otro accidente de aviación sobre el parque del Retiro de Madrid.
            A raíz del accidente del HA-43, el informe realizado por el INTA fue suspendido el programa de fabricación de este modelo, cuando sólo se habían construido 16 aparatos de las 135 unidades previstas y, por otra parte, a 13 de ellos se les retiró el tren retráctil al que hemos hecho alusión.
            Al relatar estos hechos, queremos recordar también a la viuda del ilustre aviador borjano, Dª Ana María Cela Ramos que, hasta su reciente fallecimiento, fue colaboradora de nuestro Centro, del que quiso recibir siempre todas las publicaciones editadas. 

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