El 2
de julio de 1549 el comendador D. Pedro
de Monserrat hizo entrega al Justicia y Jurados de Ambel de un conjunto de
reliquias, hoy Patronas de la villa, entre las que destaca un fragmento del
Lignum Crucis, procedente del conservado en Caspe.
Para
conservarlas hizo construir una capilla, dedicada al Santo Cristo, sobre cuya
entrada se encuentran sus armas.
El 2 de julio de 1600
falleció combatiendo contra los holandeses el capitán borjano D.
Francisco del Arco Torralba. Era miembro de una ilustre familia
establecida en Borja desde los tiempos de la Reconquista. Aquí nació hacia 1568,
siendo hijo de D. Antón del Arco y Funes que, en 1555, había contraído matrimonio
con Dª. Francisca Torralba. Decidió seguir la carrera militar como su hermano
mayor y en 1587, cuando tenía 19 años, se alistó en la compañía del capitán
Gabriel de Orti que había llegado a Borja para reclutar soldados con destino a
la fuerza expedicionaria que, desde Flandes, iba a intentar la conquista de Inglaterra.
Embarcó en Tarragona desde donde llegaron a Italia para, por el camino español,
llegar a Flandes. La primera acción importante en la que participó fue el célebre
socorro de París, en apoyo a las fuerzas de la Liga Católica. Estuvo después en
la toma de varias plazas francesas, destacando por su bravura. Por eso, cuando
el capitán D. Gabriel Orti regresó a España, pasó como Sargento a la compañía
de D. Hernán Tello de Portocarrero, que había sido nombrado gobernador de la
plaza de Douellens, y fue allí donde concibió la hazaña que el inmortalizó en
1596.
Cerca del lugar donde
estaba de guarnición la compañía se encontraba la plaza de Amiens, en poder de
Enrique IV, en la que se estaban concentrando un elevado número de soldados
para hacer frente a los españoles. Francisco del Arco marchó con otros doce
compañeros hacia esa ciudad, todos ellos disfrazados de labradores y llevando
consigo un carro cargado de nueces, simulando que iban a venderlas al mercado. Al
llegar a las puertas de la muralla las encontraron cerradas, pero sin inmutarse
esperaron a que las abrieran y, en ese momento, atacaron a la guardia mientras
dejaban el carro inmovilizado bajo los rastrillos. Salieron entonces las
fuerzas españolas que habían permanecido ocultas en las proximidades y, con
enorme arrojo, penetraron por la puerta bloqueada logrando hacerse con el
control de la ciudad. La hazaña tuvo una enorme repercusión y el archiduque
Alberto, Gobernador de los Países Bajos lo ascendió a Capitán. También se
difundieron romances exaltando la gesta en la que se asociaba el nombre del
intrépido soldado con el de la ciudad que le vio nacer:
Un
sargento aragonés,
dicho
Francisco del Arco
que
es de la ciudad de Borja,
descendiente
de hijosdalgo…
Al ser nombrado
gobernador de Amiens D. Hernán Tello, quedó a su lado Francisco del Arco,
teniendo que hacer frente al ataque inmediato de las fuerzas francesas que
sitiaron la ciudad, con el propósito de recuperarla. La presión fue enorme y
allí cayo frente al fuego enemigo el gobernador, por lo que tuvo que hacerse
cargo de la defensa el capitán del Arco, el cual resistió cuatro meses,
protagonizando atrevidas salidas y contraataques, en uno de los cuales tan sólo
sobrevivieron 19 soldados de su compañía. A pesar de ello se negó a rendirse,
hasta que recibió la orden de capitular por la imposibilidad de recibir
socorros. Se le permitió salir de la plaza con banderas desplegadas y al son de
las cajas y pífanos. Le esperaba el rey de Francia que quiso conocer
personalmente al héroe borjano. Eran tiempos en los que la dureza de los
combates podía compatibilizarse con singulares muestras de cortesía. Así se
explica que el propio monarca francés, añadiera al arco y la saeta de las armas
de nuestro capitán, una nueces que recordaran su hazaña y le hiciera entrega de
una gruesa cadena de oro que Francisco del Arco sólo aceptó a cambio de donar
su caballo al rey, para que no pudiera ser interpretado ese gesto como pago,
sino como intercambio de regalos entre iguales. Quiso volver a España, pero no
se lo permitieron, aceptando resignado continuar en Flandes, donde contrajo
matrimonio con Dª. Juana Romero, hija de un capitán de gran fortuna que le
había sido presentada por los propios archiduques. Poco pudo disfrutar de su
nuevo estado ya que a los dos meses el conde Mauricio de Nassau marchó sobre
Ostende. El 2 de julio de 1600 las fuerzas españolas se enfrentaron a las
holandesas. En aquella jornada murieron tres Maestres de Campo y más de 40
capitanes, entre ellos D. Francisco del Arco que contaba 33 años de edad. Dejó
un recuerdo imborrable en todos los que le conocieron, aunque en su ciudad
natal, su figura nunca ha sido suficientemente exaltada.
El 2
de julio de 1643 la ciudad de Borja votó como única Patrona de la misma a la Exaltación de la Santa Cruz. Respondía
esta decisión a la bula del Papa Urbano VIII, en la que ordenaba suprimir el
elevado número de fiestas que en cada localidad se celebraban, reduciéndolas a
una por cada reino y otra por cada ciudad. En la actualidad sigue siendo
copatrona de la misma con la Virgen de la Peana, Patrona desde el siglo XX. No
obstante la referencia a ese patronazgo aparece en la representación de la
Santa Cruz que remata el retablo mayor de la colegiata de Santa María.
El 2 de julio de 1869
nació en Borja D. Mariano Tejero Manero,
en el seno de una humilde familia de labradores. Era hijo de José Tejero y de
María del Rosario Manero. Fue enviado a estudiar el Bachillerato en Zaragoza,
en cuya universidad se graduó posteriormente como Licenciado en Derecho. A los
19 años participó en la fundación del primer periódico que se editó en Borja,
El Trabajo, del que aparecieron varios números bajo su dirección. También
intervino en numerosas veladas teatrales que aquí se organizaban. Al terminar
la carrera ejerció como abogado criminalista en Bilbao, donde sus ideales
republicanos le llevaron, al mismo tiempo, a desarrollar una intensa actividad
política que le condujo a ser elegido concejal de esa localidad, dentro de la
candidatura del Partido Republicano, en 1914. El salto a la política nacional
se produjo, en 1918, al ser elegido Diputado a Cortes por la circunscripción de
Zaragoza-Borja, siendo reelegido en 1919, 1920 y 1923. El 23 de enero de 1921,
le fue tributado un homenaje popular en la Fonda del Comercio de Borja, en el
que tomaron parte todos los sectores sociales de la ciudad. Fue también miembro
del Consejo de Administración del Ferrocarril de Cortes a Borja. En 1930 se
integró en Acción Republicana de Manuel Azaña, junto con Honorato de Castro, otro
destacado político borjano que le sustituyó como Diputado en la circunscripción
Zaragoza-Borja en las Cortes Constituyentes de 1931. Ese año fue nombrado
Director General de la Deuda y Clases Pasivas, cesando tras el cambio de
gobierno. En 1934 pasó a formar parte de Izquierda Republicana, siendo nombrado
Presidente del Consejo Provincial de Zaragoza. Volvió a presentarse a las
elecciones de febrero de 1936 por el Frente Popular, siendo elegido por nuestra
circunscripción como Diputado de unas Cortes en las que también estuvieron
presentes otros dos borjanos: Honorato de Castro, por el Frente Popular; y Dionisio
Pérez Viana por la CEDA. En enero de 1939, cuando la Guerra Civil se acercaba a
su fin, marchó a Francia, estableciéndose en Normandía, de donde tuvo que huir
al comienzo de la II Guerra Mundial. Enfermo y en circunstancias muy penosas,
pues no podía andar y era transportado en una carretilla, se dirigió hacia el
Sur, deteniéndose en Pesac, cerca de Burdeos, donde agotado falleció el 5 de
julio de 1941.
El 2 de julio de 1931
nació en Calcena D. Jaime Luis Ainaga
Blasco. Cursó los estudios eclesiásticos en el seminario de Tarazona,
siendo ordenado sacerdote el 20 de enero de 1957, celebrando su primera Misa en
la iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Reyes de Calcena tres días
después. Su primer destino fue el de coadjutor de Morata de Jalón, donde estuvo
seis meses, antes de ser enviado como ecónomo a la parroquia de Aranda de
Moncayo y encargado a la de Pomer. En 1961 fue nombrado ecónomo de las
parroquias de Acered, Castejón de Alarba y Atea, al frente de las cuales estuvo
hasta 1969 en que fue nombrado coadjutor de Ariza y párroco de Cabolafuente,
Bordalba y Granja de San Pedro.
Llegó a Borja en 1975,
como capellán del convento de Santa Clara, donde permaneció todo el resto de su
vida, aunque durante ese tiempo se hizo cargo de la atención espiritual de
muchas localidades de la comarca, durante periodos de tiempo más o menos
dilatados: Maleján, Bulbuente, Magallón, Alberite de San Juan, Talamantes,
Ambel, Ainzón, Tabuenca. También atendió al Santuario de Misericordia, la
Residencia de Pensionistas de la Seguridad Social y el hospital Sancti
Spiritus. Falleció en Borja el 12 de febrero de 2015.
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