sábado, 27 de enero de 2018

Antigua fotografía de la Virgen del Carmen de Ainzón


         En el archivo de la familia Llanza Drudis se conserva esta antigua fotografía en la que aparece la imagen de la Virgen del Carmen sobre un altar en la iglesia parroquial de Ainzón, posiblemente con ocasión de su fiesta el 16 de julio.




         Al dorso de la misma, impresa como tarjeta postal, se hace constar que la Virgen está entregando el escapulario a “Santo Domingo”. En realidad es San Simón Stock. Pero lo importante es la mención a que fue traída desde Roma por fray José Alberto Ximénez y donada a la iglesia de Ainzón.



         Efectivamente, se trata de esa preciosa obra, realizada en alabastro de Trapani, que en la actualidad puede contemplarse en el Museo Parroquial de esa localidad y que fue estudiada por el Dr. D. Alberto Aguilera Hernández, con ocasión del congreso que sobre obras en alabastro se celebró en la Universidad de Zaragoza.



         En esa ocasión el citado investigador dio a conocer la cara de fray Alberto, fechada en Roma el 26 de mayo de 1768, en la que comunicaba al Capítulo eclesiástico de la villa de Ainzón su elección como General de la Orden del Carmen y el envío del cuerpo de San Severino y la citada imagen de la Virgen “de piedra de Sicilia”, que le había donado el cardenal de York.



         Fray José Alberto Ximénez y Ruberte había nacido en Ainzón el 7 de octubre de 1719. Era hijo de D. Diego Ximénez Carbonell, perteneciente a una familia de infanzones que se estableció en esa localidad cuando su abuelo, que era médico, llegó a ella para ejercer su profesión y edificó una casa en la actual calle del General Mendivil, en cuya fachada situaron sus armas. Su madre, Dª. Josefa Ruberte y Sada, descendía de la conocida familia de Sos en cuya casa nació Fernando el Católico.
José Alberto, al que en el momento del bautismo también le fue impuesto el nombre de Severino, profesó en el convento de los carmelitas de Zaragoza. Tras cursar los correspondientes estudios en la universidad de Huesca se graduó como Doctor en Teología y fue Maestro de su Religión. Sus reconocidas virtudes y su sólida formación favorecieron una brillante carrera en la Orden, que lo envió a Roma donde fue catedrático de la universidad de la Sapienzia, Asistente General por las provincias de España y Procurador General. En el capítulo celebrado el 21 de mayo de 1768 fue elegido Superior General de los carmelitas con 109 votos de los 110 emitidos.
Con este motivo el Papa Clemente XIII le regaló un cuerpo de los sepultados en las catacumbas romanas de Santa Priscila, eligiendo el de que llevaba por nombre Severino, para el que mandó construir una urna que, con el cuerpo artísticamente instalado, remitió a la parroquia en la que había sido bautizado a la que llegó el 5 de septiembre de 1769, junto con la imagen de la Virgen del Carmen.
Vivió después bajo los pontificados de Clemente XIV y Pío VI, el cual le nombró consultor de la Sagrada Congregación de Ritos y le confirmó en el generalato de la Orden por tiempo indefinido. Después lo mandó a Nápoles, como comisionado pontificio, prometiéndole el capelo cardenalicio al regreso de la delicada misión que le había encomendado. Lamentablemente falleció el 13 de diciembre de 1780, por un cuadro de abdomen agudo, siendo enterrado en la capilla del Buen Consejo de la iglesia de los carmelitas de Nápoles.

La familia Llanza es familiar de este ilustre religioso y conservan el retrato reproducido. Ahora, a través de la foto encontrada, hemos podido constatar que era objeto de especial veneración en Ainzón.

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