El
pasado día 11, un camión de gran tonelaje llegó hasta la plaza del Mercado de
Borja. La hora en la que se produjo el hecho, hizo posible que la actuación de
la Policía Local, la Guardia Civil y el propio Alcalde, permitiera hacerlo
salir, marcha atrás y con grandes dificultades, por la calle de Goya hasta el
exterior del casco urbano.
No se
trata de un hecho aislado. Al día siguiente, otro camión de menor tonelaje
quedó encajonado en la calle Coloma, hasta donde había logrado penetrar. Hace
pocos días, alrededor de las doce y media de la madrugada tuvimos que impedir,
en solitario, que otro camión de considerables dimensiones que había llegado a
la plaza del Mercado se adentrara en la calle Coloma. En este caso, iba al
volante un camionero polaco que no hablaba español e insistía en continuar, ya
que ese era el itinerario que le marcaba el navegador. Logramos que saliera de
la cabina y, tras reconocer el trayecto, al final se convenció de la
imposibilidad de pasar. Lo que ocurrió es que la maniobra de retroceder por la
plaza, con coches aparcados a ambos lados resultó sumamente dificultosa y
tardamos cerca de una hora en que pudiera salir.
Es
cierto que a la entrada del arco de Borja hay una limitación de tonelaje de la
que no se percatan, pero el problema afecta también a autocaravanas de ciertas
dimensiones que siguen las indicaciones del navegador. Ahí radica el problema y
es lo que habría que corregir, aunque ignoramos el procedimiento para que se
modifiquen los datos que facilitan, ante el riesgo que entraña para los
edificios del casco antiguo y para los propios vehículos. Nos imaginamos que
nuestras autoridades, que han podido constatar las consecuencias, habrán
adoptado las medidas oportunas para solventar esta cuestión que no es
intrascendente.
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