Por
las calles de Borja y en los parques existen papeleras de diversos modelos que,
quizás, sería conveniente unificar en algún momento. Pero, más importante es a
nuestro juicio aumentar su número y reponer las que faltan en algunos lugares.
Ello representaría un paso significativo a la hora de mejorar la limpieza del
casco urbano, para lo que no es suficiente la actuación del correspondiente
servicio municipal, sino que es precisa una mayor colaboración ciudadana y,
sobre todo, educar a las nuevas generaciones en las normas de convivencia
ciudadana que a todos nos afectan.
Porque,
la existencia de papeleras no quiere decir que todos las usen. Ofrecemos aquí
dos imágenes en las que la cercanía de una de ellas no ha evitado que se
arrojen al suelo papeles y envases. Podíamos poner ejemplos más llamativos,
pero la segunda fotografía muestra además el deprimente espectáculo que ofrece
la utilización de lugares céntricos como improvisados mingitorios. En este
caso, las escaleras de acceso a unas dependencias del Centro.
Lo que
también produce mal aspecto es el estado de algunas, como consecuencia del
vandalismo o, como en el caso que presentamos porque su emplazamiento,
favorable para determinados fines, interfiere en le forzado giro que deben
efectuar algunos vehículos que, desde la calle Goya intentan acceder a la plaza
de Ntra. Sra. de la Peana, una maniobra difícil de comprender para quienes
conocen la zona, dado que es mucho más sencillo llegar por la calle
Claustrones.
Sobre
el uso inadecuado de los contenedores de residuos ya nos hemos ocupado en otra
ocasión, pero hoy queremos llamar la atención sobre el mal estado que presentan
los ubicados en la plaza de Santa María, con las barras de sujeción desplazadas,
lo que impide su correcto anclaje. Probablemente no sería muy difícil corregir
esa deficiencia. Más complicado parece ser el conseguir que el contenedor de
residuos orgánicos cierre bien. En unos casos, los usuarios no hacen lo
necesario para lograrlo, pero en otros resulta imposible, a pesar de que
recientemente fue reemplazado el anterior, aunque en esta cuestión no somos
especialistas y, por lo tanto, carecemos de la cualificación necesaria para
evaluar este sistema.
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