Entre
los libros remitidos recientemente por la Institución “Fernando el Católico”
figuran tres obras publicadas dentro de su colección “Fuentes Históricas
Aragonesas”. El nº 83 lleva por título La
desamortización eclesiástica en Zaragoza a través de la documentación
conservada en el archivo de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San
Luis (1835-1845), del que es autor el académico D. Wifredo Rincón García
quien, entre los fondos de la citada academia, descubrió un fondo documental
inédito con diversos documentos (que se transcriben) relacionados con la
actuación de esa corporación para tratar de paliar los catastróficos efectos
que los decretos desamortizadores y la actuación incontrolada de las masas
sobre el Patrimonio aragonés.
Para percatarse
de las consecuencias de esas medidas, basta señalar que la portada de la actual
iglesia de Santa Engracia, antiguo monasterio jerónimo, uno de los escasos
restos conservados tras la voladura efectuada por los franceses durante la
Guerra de la Independencia, estuvo a punto de desaparecer al ser autorizada su
demolición por las autoridades. La oposición de la Real Academia a esta muestra
de incultura fue objeto de polémica en el Diario
Constitucional de la capital, pero al final pudo salvarse.
Aunque
el excelente trabajo del Dr. Rincón se centra en los monumentos zaragozanos,
hay un dato que era desconocido para nosotros, el que la Comisión Artística de
la Real Academia decidiera nombrar delegados o representantes en los distintos
Partidos Judiciales para que se encargaran de los “objetos de Ciencias o Artes
de los respectivos distritos”, recayendo el nombramiento para el partido de
Borja en la persona de D. Tomás San Gil.
Andrés
J. Nicolás-Minué Sánchez es el editor de la obra Linages de Nobles e Infanzones del Reyno de Aragón y sus descendencias,
trabajo inédito de Juan Mathias Estevan (1564-163a), del que se conservan
varias copias manuscritas, una de ellas en la Biblioteca Nacional, a partir de
la cual se ha preparado la presente edición que lleva por título Familias Nobles de Aragón.
La
obra va precedida por un tratado de la nobleza en Aragón, dividido en tres
capítulos: ricoshombres, caballeros e infanzones. Le siguen los diferentes
linajes ordenados alfabéticamente, entre los que figuran varios relacionados
con nuestra zona. Así Agón; Aguilar (Borja); Agustín (Luceni); Alcañiz (Borja);
del Arco (Borja); Atarés (Borja); Borja; Cerdán (Agón); Coloma (Borja); Coscón
(Maleján); Eraso (Borja); Francés (Borja); Jaime (Borja); Lerga, alias
Caparroso (Borja); Reus (Luceni, Borja, Maleján); Torrellas (Borja); Vera de
los que cita una amplia genealogía pero no los relaciona con Borja, aunque sí
con Majones; Zapata, lo mismo ocurre con este caso, relacionándolos con
Calatayud, sin referencia a la rama establecida en Mallén.
La
tercera obra de esta colección, en la que lleva el nº 85, se titula Dispensas matrimoniales de la Diócesis de
Zaragoza, siglos XV al XIX, siendo sus autores Francisco José Alfaro Pérez
y Juan Ramón Royo García, en la que catalogan los casi 22.000 expedientes de
dispensas para contraer matrimonio, conservados en el Archivo Diocesano de
Zaragoza y, por lo tanto, pertenecientes a personas residentes en los
municipios que pertenecían a esa diócesis y no a la de Tarazona.
Pero,
comoquiera que hasta una época relativamente reciente, el límite entre ambas
llegaba hasta Borja, se reseñan los de muchas de las localidades de nuestra
zona, como Agón, Ainzón, Alberite de San Juan, Albeta (lo que nos sorprende por
ser entonces barrio de Borja), Bisimbre, Bureta, Calcena (también llamativo),
Fréscano, Fuendejalón, Magallón, Maleján (que como en el caso de Albeta, pudo
corresponder a un recurso ante el arzobispado), Mallén, Novillas, Pozuelo de
Aragón, Tabuenca (el caso más numeroso en cuanto al número de expedientes, nada
menos que 254), Talamantes y Trasobares (también muy numerosos). Por supuesto,
además están los de Boquiñeni, Gallur y Luceni que siguen perteneciendo al
obispado de Zaragoza.
Se
trata de un simple reseña de cada expediente con los nombres de los
contrayentes, la población donde residían, el año, y la signatura, sin detallar
las razones que motivaron su incoación que, lógicamente, serían por lazos de
parentesco entre las partes.
Finalmente
reseñamos hoy la obra Descripción
Topográfica-Histórica de la ciudad de Jaca a principios del siglo XIX, en
la que se transcribe el manuscrito, hasta ahora inédito, conservado en la
Biblioteca Nacional, realizada por el Dr. D. Domingo Buesa Conde, cuya
redacción atribuye el benedictino fray Andrés Casaus y Torres que lo habría
redactado con destino al Diccionario
Geográfico Histórico de España, proyectado por la Real Academia de la
Historia. El Dr. Buesa inserta un artículo dedicado a ese proyecto, precedido
por un análisis minucioso de la ciudad de Jaca a principios del siglo XIX, lo
que contribuye a realzar el interés de este libro.
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