Ediciones poco conocidas de las ordinaciones de Borja

         A lo largo de su historia, Borja se ha regido por unas ordinaciones u ordenanzas, reformadas en varias ocasiones, que fueron objeto de distintas ediciones impresas, algunas conocidas y otras menos o, incluso, desconocidas.

         Entre estas últimas se encuentra el ejemplar que reproducimos, conservado en el archivo del Centro de Estudios Borjanos, procedente del legado Sánchez del Río, que vino a sumarse a otras ediciones también existentes en nuestro archivo.

         Curiosamente, en otro archivo familiar borjano se conserva un ejemplar que se diferencia del nuestro porque incluye esta portada, mientras que el del Centro está encuadernado en origen con hojas blancas. En nuestra opinión, puede tratarse de dos reimpresiones diferentes y, ninguna de las dos son reseñadas en el Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Español.

Constan de 36 páginas (A1-E2) tras las que se insertan otras cuatro  con el texto del acuerdo adoptado en 1628 por el que se ratificaban esos “Estatutos” u “Ordinaciones”, haciendo referencia a los aprobados en 1614.

         El 6 de diciembre de 1614 comparecieron ante el notario Marco Antonio de Achuriaga, el Justicia y Jurados de la ciudad, con los poderes que les había otorgado previamente el Consejo General de la misma para que quedara testimonio de las personas designadas para “haces el Estatuto”: Juan de Lajusticia, Antonio Alberite, Juan Francisco de Herla, Juan de San Gil y Miguel de Funes, pertenecientes todos a familias infanzonas de Borja.

         No eran los primeros estatutos, pues como se señala en el texto, “aunque los tiene, están cortos” para resolver el problema de inseguridad que se había planteado. De ahí, que los mismos iban encaminados a prevenir y castigar las actuaciones de “gente de mala vida y fama, facinerosos y de mal vivir”, diferenciándose en este sentido de posteriores ordinaciones, mucho más precisas que regularon todos los aspecto de la vida ciudadana y sus autoridades.

         Al dar noticia de este interesante documento impreso, queremos poner de manifiesto que está pendiente un estudio de todas las ordinaciones que se fueron sucediendo, así como la identificación de todas ellas, cosa que aún no se ha hecho.