miércoles, 21 de noviembre de 2018

Informe semanal sobre la restauración de Gañarul


         Pedro Domínguez Barrios que está siguiendo con gran atención el desarrollo de las obras de restauración de la ermita mudéjar de Gañarul, nos remite cada semana un pequeño informe sobre las mismas que es esperado con interés por muchos de nuestros lectores.





         Como había comentado la semana anterior, los plementos de la bóveda de la cabecera o primer tramo, estaban formados únicamente por una hoja de ladrillo, la cual ha cedido parcialmente en uno de sus témpanos (cuarto de la bóveda, o superficie curva triangular entre dos arcos), por lo cual es necesario reconstruirlo y, ante su debilidad, el arquitecto director ha optado por reforzarla con una segunda hoja de ladrillo antes de recibir el encamisado, obligando a incrementar los apeos de dicha bóveda para trabajar con seguridad sobre ella, lo que ha dado lugar a la creación de un auténtico bosque de puntales metálicos bajo ella.




El hastial de los pies de la ermita está prácticamente terminado, con su zig-zag de ladrillo aplantillado ya continuo, una vez cegado el hueco de una edificación adosada que lo interrumpía. Se ha demolido el contrafuerte de la esquina, y se han reconstruido las dos espadañas superpuestas en altura, pero en distinto plano, retranqueado el de la más alta, para dejar así testimonio de todas las reformas realizadas a lo largo de la historia.



Se continua trabajando en la fachada noreste, para la cual se ha tomado la acertada solución de mantener los contrafuertes añadidos a ésta en fecha desconocida, (probablemente tras la reconstrucción del primer tramo), pero restándoles altura, de forma que sea más elocuente la cronología de la ermita, como puede apreciarse en la primera imagen de este artículo. 



Esta fachada es sin ninguna duda la parte más rica de la ermita, ya que en ella se aprecian perfectamente sus tres fases constructivas históricas, y los citados contrafuertes añadidos, a lo que vendrá a sumarse el testigo del muro testero de cal y canto, por lo que esta zona de la ermita constituye un claro exponente de su evolución a lo largo del tiempo. (Aunque el esquema está rotulado como “Alzado Norte”, en realidad es “Noreste”, como nos indica Pedro, autor del mismo).
No queremos finalizar sin destacar la buena ejecución de la obra y el interés de todos los que participan en ella para que el resultado final sea excelente.

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