sábado, 17 de noviembre de 2018

Ejecutorias que no pudimos conseguir


         En diversas ocasiones nos hemos referido al interés que las llamadas ejecutorias de nobleza tienen para el conocimiento de los linajes de una determinada población.
         En este mismo blog hemos dado noticia de algunas que se conservan en el archivo del Centro de Estudios Borjanos o en determinados archivos privados de nuestra ciudad. Incluso hay una en la colegiata de Santa María que, en su momento, fue elegida para formar parte del conjunto de obras que se expusieron en 1969 en el Palacio Provincial, con ocasión de la I Semana de Borja en Zaragoza.
         Pero hoy queremos mencionar a dos, directamente relacionadas con nuestra ciudad que no hace mucho tiempo fueron puestas a la venta y que no pudimos conseguir, dado el elevado precio que alcanzan.

         Una de ellas era de D. Martín López de Lerga, alias Caparroso, vecino de Borja, tal como se hace constar en la portada de la misma.




         Ignoramos cuál era su procedencia, así como tampoco conocemos datos de ese personaje que el estudio del documento nos hubiera revelado, pero los López de Caparroso eran, desde luego, una familia de nuestra ciudad entre cuyos miembros destacó el obispo D. Juan López de Caparroso, religioso dominico que fue obispo de Crotona y Monopoli, en Italia, como todos sabemos. Precisamente en la capilla de los Mártires de la colegiata de Santa María de Borja, destinada originalmente para que allí reposaran sus restos, pueden verse las mismas armas de la ejecutoria, así como la de los marqueses de Montesa, descendientes del hermano mayor de ese prelado, Martín López de Caparroso, que casó con Estefanía de Aoiz.
         Como hemos señalado no fue posible hacer frente al desembolso preciso para comprar la ejecutoria que nos hubiera proporcionado datos precisos de la genealogía de la familia. Sabemos, sin embargo, que se establecieron en Borja en el siglo XV. El primero en llegar fue  D. Juan López de Lerga, natural de Caparroso, que había probado su infanzonía en 1439. Hijo suyo fue el Martín López de la ejecutoria, que añadía a su apellido el alias de “Caparroso”, el cual terminarían incorporando como apellido. Ese detalle es interesante, dado que el topónimo del lugar de procedencia se usa como apellido cuando salen de su localidad, en este caso Caparroso, pero lo mismo podría decirse del caso de los Borja.

Martín contrajo matrimonio en nuestra ciudad, hacía 1465, con Dª María de Aguilar y Coloma con la que tuvo varios hijos, el mayor de los cuales fue D. Juan López de Caparroso, abuelo del obispo.



         La otra ejecutoria que tampoco pudimos conseguir era también muy bonita y pertenecía a un miembro de la familia Aguilar, cuyas armas eran representadas como muestra esta imagen.




         Son las mismas que aún figuran en la fachada de la que fue su casa solariega, la de los Aguilar, en la calle Mayor, porque aunque el edificio más conocido es la que llamamos “Casa de Aguilar”, el nombre hace alusión a Dª. María Aguilar y Alaviano, perteneciente a la misma familia, pero casada con D. José Joaquín Rodríguez Portocarrero y Soracoiz, natural de Ágreda, con el que no tuvo hijos, motivo por el cual donó todos sus bienes al Hospital Sancti Spiritus.
         Curiosamente los Aguilar y los López de Caparroso estaban emparentados, porque como hemos dicho D. Martín López de Caparroso se había casado con Dª María de Aguilar y Coloma.
         ¿Y quién era esta María de Aguilar? No la propietaria de la sede de nuestro Centro, sino la hija del primer Aguilar que llegó a Borja a comienzos del siglo XV para contraer matrimonio con Dª. Blanca de Coloma y ellos fueron los padres de la esposa de Martín López de Caparroso.

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