domingo, 25 de noviembre de 2018

Investigador sardo visita Borja


         Cada día son más frecuentes las visitas de investigadores procedentes de diversos países que llegan para conocer el Centro de Estudios Borjanos y los museos de nuestra ciudad. Ayer lo hizo Marco Antonio Scanu, procedente de Cagliari (Cerdeña), desplazado expresamente para ver personalmente las tablas del Museo de la Colegiata, dado que en estos momentos está realizando una tesis doctoral sobre pintura gótica aragonesa en Cerdeña, en la Universidad de Lleida. Nacido en Bosa, en 1972, se graduó en Letras en la  Università degli Studi di Cagliari en 1998, Diplomado en Archivística, Paleografía y Diplomática en el Archivio di Stato, en 2001 se especializó en “Studi Sardi”, con una tesis sobre Historia del Arte. Estudioso también de reliquias y relicarios, es autor de diversas publicaciones de gran interés.




         Entre ellas, la que lleva por título Il retablo di Tuili en la que estudia esa importante obra del denominado “Maestro de Castelsardo”, poniendo de manifiesto sus relaciones con Aragón en un documentado trabajo de 256 páginas. Hizo donación de un ejemplar del mismo a nuestro Presidente que le correspondió con diversas publicaciones editadas por el Centro de Estudios Borjanos.



         En su breve estancia en Borja tuvo la oportunidad de visitar, en primer lugar, el Museo Arqueológico, acompañado por el Dr. Aguilera Hernández, perfecto conocedor del idioma italiano, aunque Marco Antonio Scanu habla muy bien el español. Allí se detuvo ante las piezas de época romana, quedando impresionado por el entalle que ha sido adoptado como logotipo del museo.



´        Pasó después a la iglesia del convento de Santa Clara donde se sorprendió al encontrar un lienzo de San Salvador de Horta, dado que, aunque nacido en Santa Coloma de Farnés, en 1520, falleció en Cagliari, capital de Cerdeña, en 1567 y al que, por razones que no quiso explicar se siente especialmente vinculado.



         En el Museo de Santa Clara le fue mostrado el tríptico donado al convento por el obispo D. Francisco Sallent que, según la tradición, perteneció al Papa San Pío V y que es una obra de gran belleza sobre la que emitió su autorizada opinión.




         El recorrido finalizó en el Museo de la Colegiata ante el antiguo retablo gótico de Santa María, que había estudiado anteriormente con gran detalle, pero que no conocía personalmente.

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