Entre las fotografías que nos han donado los hermanos
Carceller, de las realizadas por su padre D. Luis Carceller Lamo, figura esta
del interior del Teatro Cine Cervantes antes de su remodelación, tras pasar a
propiedad del M. I. Ayuntamiento.
Está tomada desde el escenario y en ella se ve el patio de
butacas, que eran de madera abatible y con una alfombra en el pasillo central.
En la primera planta se encontraban las localidades de “Sillones”,
en este caso tapizados en terciopelo, y los palcos con sillas de madera de
diferentes alturas. Llamamos la atención sobre la configuración en curva de los
palcos. Cuando se introdujo el Cinemascope, fue necesario cortarlos ya que
entorpecían la proyección en un formato longitudinal de mayores dimensiones.
Quedaron entonces con los antepechos rectos, como están ahora.
En la planta superior se encontraba el “Gallinero”, con
gradas para sentarse. En la reforma ese espacio fue tabicado. Es una lástima
que, por el momento, no dispongamos de una visión de la sala, desde el fondo,
aunque el aspecto de la misma era muy similar al actual. El escenario estaba
flanqueado por dos hornacinas, con jarrones sobre columnas, como ahora, aunque
se iluminaban sobre un fondo de color azul.
El diseño, al igual que el exterior, fue obra del arquitecto
D. Santiago Lagunas que no pudo ultimarlo, por lo que respecta al interior, por
problemas presupuestarios. No obstante, el edificio fue declarado “Bien
Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés” por el Gobierno de Aragón, junto
con otras obras de Santiago Lagunas.
Nota.- Esta noticia apareció ya ayer, por un error en la programación del blog. Los artículos se escriben con antelación y a veces (pocas) se duplican. Lo aclaramos ya que han sido varios los que han supuesto que nuestros fallos de memoria son un claro índice de deterioro mental
Nota.- Esta noticia apareció ya ayer, por un error en la programación del blog. Los artículos se escriben con antelación y a veces (pocas) se duplican. Lo aclaramos ya que han sido varios los que han supuesto que nuestros fallos de memoria son un claro índice de deterioro mental
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