Ayer, en las páginas de Cultura de Heraldo de Aragón, Mariano García daba la noticia del
descubrimiento de este bodegón en el monasterio de Poblet, obra del que
calificaba como “enigmático pintor zaragozano Bernardo Polo”.
Ese calificativo venía justificado por el hecho de que,
muchas de sus obras eran atribuidas al denominado “Pseudo-Hiepes”, una
denominación empleada para agrupar la producción de un artista desconocido,
aunque de características definidas que no pudo ser identificado hasta que, en
2009, William P. Jordan descubrió en uno de sus lienzos la firma: “Bernardo
Polo”.
Se sabe que trabajó en Zaragoza y se especializó en
bodegones y naturalezas muertas, aunque también decoró la bóveda de la capilla
de San Pedro Arbués de la Seo. Aunque los lienzos que la decoran son obra de
Francisco Jiménez Maza, el Prof. D. Juan Carlos Lozano señalaba en un artículo
que “completan la decoración de la capilla pinturas sobre lienzo de tema floral
y cabezas de angelitos que ocupan los plementos de la bóveda de crucería
estrellada, en la que en 1644 se abrió una linterna. Según el conde de la
Viñaza, a finales de siglo el capítulo de La Seo pagó 285 libras por pintar los
lienzos y «galonear» la bóveda de la capilla a «Bernabé Polo», artista que
podemos identificar con Bernardo Polo, pintor todavía mal conocido pero que fue
elogiado por Juan de Moncayo, marqués de San Felices, en su Poema trágico de
Atalanta e Hipómenes (1656) como pintor de flores y frutas, y que aparece citado
por Palomino en la voz colectiva que dedica a los pintores célebres de la
ciudad de Zaragoza como especialista en flores”.
Efectivamente de la biografía de Bernardo Polo no se conoce
prácticamente nada. De ahí, que al leer la noticia del Heraldo nos haya recordado inmediatamente a la figura del sastre borjano
Bernardo Polo que trabajó toda su vida para el cabildo de la colegiata de Santa
María y al que se atribuye la construcción de la ermita del Sepulcro de Borja y
el encargo a Gregorio de Messa de esa excepcional imagen de Cristo yacente que
en ella se veneró hasta su traslado al Museo de la Colegiata.
Por ese motivo, lo incluimos en nuestro Diccionario Biográfico pero, como se percató más tarde D. Alberto
Aguilera Hernández, confundimos la fecha de su nacimiento con la de su hijo,
Bernardo Polo Sanz, bautizado en la parroquia de San Miguel de Borja el 7 de
abril de 1676, del que por ahora no conocemos más datos.
Pero la coincidencia de nombre y apellido en padre e hijo
nos permite aventurar algún tipo de relación con el pintor de bodegones. Como
el tema es sugestivo, el Dr. Aguilera se ha encargado de analizar esta
cuestión, remontándose también al padre del sastre, así como a la trayectoria
de ese Bernardo Polo Sanz, aunque por su fecha de nacimiento no parece probable
que puede tratarse del “enigmático” artista.
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