Como ya hemos comentado en ocasiones anteriores en Borja
existen dos belenes monumentales que merecen ser incluido en la ruta de este
tipo de belenes de Aragón. Uno de ellos es el que la Asociación de Mujeres
instala en el patio central del Museo de la Colegiata, en el que este año hemos
encontrado algunas novedades. En concreto, su orientación que, en el pasado,
tenía en su parte anterior el portal de Belén que, como parece razonable debe
ser el eje central de todo belén.
En este caso, bajo una estructura arquitectónica que
recuerda el palacio del rey Herodes, se ha dispuesto la escena de la
anunciación a los pastores del Nacimiento del Niño.
En la parte posterior se ha situado la recreación de la
residencia del gobernador romano, con su fuente central, mientras el portal
aparece en uno de sus laterales. El belén puede ser contemplado desde todos sus
ángulos mediante un recorrido en torno suyo.
Cuando hace ya seis años nos encargaron montar un belén “borjano”
en la basílica de Notre Dame de Fourvière, en Lyon, una de las cosas que más
sorprendieron a monseñor Patrick Le Gal, obispo auxiliar de Lyon y rector de la
basílica, fue la representación en él de diversas escenas, relacionadas con el
Nuevo Testamento, al margen de la del Nacimiento.
Así ocurre también en este de la colegiata, donde aparecen
la Anunciación a Ntra. Sra., la búsqueda
de posada para la Sagrada Familia, la huida a Egipto o el viaje de los Reyes
Magos.
Pero, asimismo, se representan con gran realismo escenas de
la vida cotidiana. En unos casos, de cultivos tradicionales de nuestra zona,
como la recogida de la uva o de la oliva.
En otros, oficios de la vida cotidiana, en el marco de
escenas perfectamente integradas en lo que, de hecho, son dioramas
minuciosamente trabajados.
No falta un mar, surcado por embarcaciones de pesca y peces
en sus profundidades, en cuyas orillas los pescadores ofrecen el fruto de su
trabajo en improvisadas lonjas. Un belén, en suma, para disfrutar con
detenimiento.
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