Aprovechando una feliz circunstancia, hemos conseguido
varios programas antiguos de las fiestas de Borja. En unos casos, como los que
comentamos en días anteriores, desconocidos para nosotros y, en otros, de los
que teníamos fotocopias que ahora serán reemplazadas por los originales.
Ese es el caso del programa de las Fiestas de Mayo de 1944,
que se celebraron del 6 al 10 de ese mes, siendo Alcalde D. Pascual Sorrosal
Fanlo, que había tomado posesión del cargo el 26 de febrero de 1942 y lo
desempeñó hasta el 7 de agosto de 1944, fecha en la que fue reemplazado por D.
Jesús Pellicer Bernal, en su primer mandato.
Se trata de un programa modesto, en forma de tríptico,
impreso en la “Imprenta de Borja”.
Las fiestas dieron comienzo a mediodía del sábado 6, con la
salida de la comparsa de Gigantes y Cabezudos. A las nueve de la noche, se
cantó la tradicional Salve de la víspera de la solemnidad de nuestra Patrona.
La jornada finalizó con un baile público en la plaza de España y la quema de la
primera colección de fuegos artificiales, a cargo de la Pirotecnia Sanz de
Zaragoza.
El domingo, la Banda de Música que ya dirigía D. Ramón
Borobia Paños, recorrió las calles, a partir de las ocho de la mañana,
interpretando “alegres dianas”. Tras el reparto de bonos a los “pobres de
solemnidad” en la Casa Consistorial, se celebró la Solemne Eucaristía, con
asistencia de la corporación municipal, interpretando la Capilla de Música, la “Gran
Misa a tres voces y pueblo Adveniat
regnum tuum” de D. Pedro Bilbao.
Por la tarde se disputó un encuentro de la Copa de Primavera
entre el C. D. Borja y otro equipo que no se detalla y, a las nueve y media del
noche, salió el Rosario General. Ya, a medianoche, hubo baile público y se
quemó una nueva colección de fuegos artificiales, aunque en esta ocasión en el “Parque
Municipal”.
El lunes, los únicos actos fueron un concierto a la una de
la tarde, en la plaza de España, baile en el Parque, a las siete, y nuevo
baile, a las once de la noche, en la plaza de Santo Domingo.
El martes y el miércoles los actos más destacados fueron los
encierros, a las nueve de la mañana y las “novilladas” a las cinco y media. Esa
palabra era en realidad un eufemismo para referirse a las vacas, aunque para
enmascarar más lo que parecía reprobable se indicaba que “actuará como
sobresaliente de ambas novilladas un afamado diestro”. Como es sabido, cuando
D. Jesús Pellicer reemplazó a D. Pascual Sorrosal, no volvieron a programarse
ese tipo de espectáculos.
Las fiestas finalizaron con una Baile-Verbena en el Parque,
en el que se corrió un “furioso Cenceszuzco o Toro de Fuego”.
Ese toro de fuego no se refería al tipo de festejo actual,
sino al popular Zenzeszuzco de tierras navarras, que es un toro simulado que
lanza fuego y cohetes cuando es llevado a hombros por una persona.
Como contraportada del programa se insertaban fotografías de
la plaza de España, en su aspecto original, dado que fue dotada de nueva
pavimentación durante el segundo mandato de D. Jesús Pellicer, y de la plaza
del Mercado, con la pequeña fuente que había en el la parte central de su
acceso.
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