Teníamos previsto recabar la opinión de un especialista en
torno a cuestiones que nos preocupan, como la duración del aislamiento al que
estamos sometidos y que corre el riesgo de alargarse más de lo inicialmente
previsto.
Sin embargo, algunas imágenes y noticias difundidas ayer por
los medios de comunicación nos han provocado algunas reflexiones que queremos
compartir.
ABC publicó esta
ingeniosa viñeta de José Manuel Puebla en la que, bajo el lema “¡Vamos Madrid!”,
un esforzado grupo de personas derriba de sus caballos a los virus que cabalgan
por las calles de la capital.
El dibujo está inspirado en el famoso cuadro de Goya,
conocido como “El dos de Mayo en Madrid” o “La carga de los mamelucos”, reflejando
la sublevación del pueblo aquel día que intentó ser reprimida por esa unidad de
caballería napoleónica, dando lugar al enfrentamiento que el pincel de nuestro
paisano reflejó con especial dramatismo.
Pero de lo que, probablemente, el dibujante no se ha
percatado es que los madrileños se alzaron al constatar la crisis de autoridad
que estaban padeciendo. Capturada la familia real y exiliada forzosa en
Francia, la inoperancia de los responsables políticos del momento, cuando no su
colaboración con los invasores, provocaron la airada respuesta de los
madrileños, seguidos después por toda España.
Algo similar a lo ocurrido en Buenos Aires, dos años antes,
en el transcurso de la invasión inglesa a la ciudad. A partir de ese episodio y
de otros similares, nuestro Presidente definió, hace ya algunos años, las fases por las que atraviesa una situación de
crisis cuando los responsables políticos se muestran incapaces de ofrecer una
respuesta contundente, alertando de que, en muchos casos, cabe esperar una
revuelta ciudadana.
Especial impacto ha causado esta imagen del Rey Felipe VI
que, en la mañana de ayer, visitó el hospital de campaña instalado en el IFEMA
de Madrid, acompañado por las Ministras de Defensa y Sanidad, el Alcalde de la
capital y otras autoridades.
Lo
llamativo es que el monarca llevaba guantes y mascarilla, así como algunos de
sus acompañantes. Pero, se trataba de una mascarilla quirúrgica y no de las
homologadas como la que lleva el personaje del fondo, señalado con una flecha.
Salvo de que se tratara de un gesto intencionado del monarca para encontrarse
en igual situación que otras muchas personas que luchan contra el virus, sin la
protección más adecuada, ello vendría a demostrar la carencia de medios que se
viene denunciando últimamente.
Pero lo que, en principio, resulta incomprensible es el
asunto de los tests rápidos de detección. Tras muchos días sin poder efectuar
las necesarias pruebas para conocer el alcance real de la epidemia, el Gobierno
anunció la compra de esos tests a la empresa china Shenzhen Bioeasy Biotechnology, pero cuando se han empezado a
utilizar ha podido comprobarse que su fiabilidad es inferior al 30%, como ha
denunciado la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología
Clínica, que ha recomendado a las autoridades no utilizarlos.
Un portavoz de la
Embajada de la República Popular de China en Madrid, ha tenido que salir al
paso con un comunicado en el que afirmaba que el Gobierno español desoyó al Ministerio de Comercio de China, que había ofrecido «una
lista de recomendaciones de proveedores clasificados», entre los que no se
encontraba Shenzhen Bioeasy Biotechnology,
compañía que no cuenta con licencia oficial de la Administración Nacional de
Productos Médicos de China para vender sus productos.
Hay que recordar que la técnica realmente fiable para un
diagnóstico correcto es la PCR, pero por su mayor complejidad y la necesidad de
personal cualificado se está realizando solo para confirmar casos y no para una evaluación global del número de afectados, algo sumamente necesario
para estudiar la evolución de la enfermedad. Por ese motivo, en opinión de los
especialistas el número de afectados en España es mucho mayor que los
reflejados en los datos que ofrece el Gobierno y ello tiene también su
incidencia en la tasa de mortalidad que, lógicamente, tiene que ser menor que
la actualmente estimada.
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