Esta impresionante fortaleza a la que hoy nos referiremos se encuentra en la localidad de Coca (Segovia) y así se encontraba en 1970, en muy buen estado, dado que había sido restaurado entre 1956 y 1958.
Estas son imágenes recientes del
castillo en el que llama la atención, por una parte su construcción en ladrillo
y, por otra, el gran foso que lo rodea, así como su distribución en torno a un
patio central.
Su construcción fue iniciada por el
obispo de Ávila y arzobispo de Sevilla D. Alonso de Fonseca y Ulloa y
continuada por sus sucesores, interviniendo alarifes mudéjares que
contribuyeron a dotarle de su peculiar aspecto.
Las armas de los Fonseca, con sus
estrellas, aparecen en diversos lugares del monumento, aunque posteriormente
pasó a poder de la casa de Alba, siendo poco a poco abandonado lo que
contribuyó a su ruina.
En 1954 fue cedido al Ministerio de
Agricultura por “cien años menos un día” y, tras su restauración, se instaló
allí un Escuela de Capacitación Agraria en la que todavía siguen formándose
Capataces Forestales.
El castillo ofrece visitas guiadas a
las zonas habilitadas en dos de las torres, comunicadas por una galería.
Lógicamente, lo que se muestra es una recreación, junto con algunos restos
arquitectónicos. Las estancias que pueden recorrerse, a partir de la entrada,
son las que aparecen en el gráfico superior.
Entre ellas se encuentra la capilla,
que nada tiene que ver con la original y la llamada “sala de armas”, con
muestras de la azulejería mudéjar.
Por el corredor antes citado se llega a
la otra torre en donde, en el centro de una de sus estancias se abre un
orificio circular que comunica con un espacio inferior al que se le atribuye la
función de mazmorra, sin demasiado fundamento.
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