El Museo Marítimo del Cantábrico nos ha remitido el catálogo de la exposición que, durante este verano, ha podido ser contemplada en ese museo. Bajo el lema Retratos de buques, se mostraron 17 obras de la colección de D. Fernando Martínez del Valle con imágenes de barcos de diferentes épocas y escenas navales.
En
su introducción, el propietario de la colección manifestaba su interés por
divulgar un tipo de pintura que, en España, es poco conocida mientras que en
otros países de dilatada tradición marítima goza de gran popularidad. Terminaba
manifestando su deseo de que algún día tengamos un museo que acoja a todos los
maravillosos testimonios de nuestras cuatro marinas.
Entre
los autores representados en la exposición destaca D. Ildefonso Sanz Doménech
(con tres lienzos) que, además de ser un reconocido pintor perteneció al Cuerpo
de Sanidad de la Armada, del que llegó a ser Inspector General. También nos ha
traído muchos recuerdos Rafael Monleón y Torres que fue conservador del Museo
Naval, del que conservamos algunas reproducciones de sus acuarelas.
El
Gobierno Vasco nos ha enviado una obra muy interesante que lleva por título El paisaje minero de Galdames. Patrimonio
Cultural Minero de la margen izquierda del Nervión. En ella se analizan los
cambios experimentados en esa zona en donde, a finales del siglo XIX, el inicio
de la actividad minera modificó el paisaje natural de la misma en el que,
ochenta años después, tras el abandono de las minas, la Naturaleza vuelve a
recobrar sus espacios perdidos.
Agustín
Azkarate escribe sobre “Los paisajes culturales”; José Luis Solaun Bustinza y
Víctor Araujo Corral tratan sobre “La evolución del paisaje minero de Galdames”;
Maider Maraña Saavedra hace alusión al “Patrimonio minero y su protección
internacional: una mirada a la Convención de Patrimonio Mundial de la Unesco”,
incluyendo la relación de bienes inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial
por su pasado minero, entre los que se encuentran Las Médulas (León) explotadas
desde época romana y las de Almadén (Ciudad Real). La obra ofrece también
entrevistas con Belarmino Pousa Fidalgo, emigrante minero que trabajó en la
zona y con Begoña Zaballa Lekanda que atendía una taberna.
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