En
1970, Ediciones Vistabella de Madrid dedicó una serie de postales a los
castillos de España que, en estos momentos, estamos intentando completar dado
que tenemos un buen número de ellas, a pesar de que la colección está compuesta
por más de 120.
Aprovechando su catalogación, se nos ha ocurrido comparar aquellas postales con la situación actual, cincuenta años después. Federico Bordejé que los había estudiado muchos años antes nos expresó en reiteradas ocasiones su pesar, por lo que consideraba el terrible abandono al que se encontraba sometido una parte importante del Patrimonio Cultural español. Por eso, en homenaje a D. Federico, intentaremos ofrecer los cambios experimentados en estos años en lo que, en muchos casos, han supuesto una mejora sustancial.
Hemos
elegido, en primer lugar, el castillo de Cuéllar, dado que estuvimos allí en
diciembre de 2017, con ocasión de la exposición de “Las Edades del Hombre” y
pudimos visitarlo, comprobando el resultado de la restauración iniciada en
1970.
Declarado
Bien de Interés Cultural en 1931, cuenta con una dilatada historia. Perteneció
al condestable D. Álvaro de Luna, a la infanta Isabel (futura Reina Católica);
a su hermanastro Enrique IV y a D. Beltrán de la Cueva, I duque de
Alburquerque, a través del cual pasó a esta casa ducal que lo ha mantenido en
su poder hasta nuestros días, aunque durante la Guerra Civil lo cedieron en usufructo
vitalicio al Estado Español.
Hasta
1966, se convirtió en un establecimiento penitenciario, y tras su traslado quedó
sumido en el abandono hasta que se inició su restauración. El sector donde se
encuentra el gran patio renacentista alberga ahora el Instituto de Bachillerato,
manteniendo el aspecto exterior pero con el interior completamente remodelado y
adaptado a su nueva función.
El
resto está acondicionado como espacio museístico y pudimos recorrerlo por medio
de una visita guiada, dado que es uno de los principales atractivos turísticos
de esa ciudad.
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