En otra ocasión ya comentamos los espacios ajardinados creados en torno a la calle Mateo Sánchez o costera de San Pedro. En la imagen se ve uno de ellos y, en primer término, unas plantas con flores blancas que, según el programa de identificación que se puede descargar por Internet son enredaderas de papa (Solanum laxum), pero a lo que hoy queremos hacer alusión es a esa otra planta que se ve detrás, también de flores blancas. Se trata de lo que popularmente se conoce como “enredadera del Tibet” o “Corre que te pillo” (Fallopia aubertii).
Aunque
algunas de las plantas de esa familia son consideradas invasoras, lo cierto es
que el aspecto que ofrece, tapizando las rocas sobre las que se asienta el
Cinto, es el de un auténtico jardín colgante que, en estos días, se encuentra
en plena floración.
Su
espectacular crecimiento puede verse favorecido por su orientación, dado que
requiere una buena insolación, pero también, y esto es más preocupante, por el
agua que fluye entre la peña roya, llegando hasta la calle de San Jaime donde
se pueden ver los charcos que se forman.
El
agua afecta a la roca que sufre desprendimientos, por lo que cabe preguntarse
si esas surgencias son naturales o provocadas por fugas en el alcantarillado
del Cinto. Si así fuera, las actuaciones previstas en ese sector acabarán con
ese problema que está afectando también a edificios próximos.
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