La conocida como “Mora encantada” de Bulbuente es una gran dolina con un gran farallón que la delimita por uno de sus lados en el que, desde antiguo, se conoce la existencia de unas cavidades que han sido interpretadas como antiguos silos.
En
la boca de una de esas cavidades existe una roca que pudo ser el cierre de la
misma y que dio lugar a la leyenda de la mora convertida en piedra que es la
base de la actual recreación histórica que se representa todos los años en la
localidad.
Hace
cinco años, en su parte superior fueron realizadas unas catas arqueológicas en
las que aparecieron los restos de la base de una posible torre islámica, aunque
no tenemos noticia de que se hayan publicado los resultados.
Ahora,
muy cerca de ese lugar, se ha producido un hallazgo del que nos ha informado D.
Jesús Baeyens Vallés que también nos ha remitido las fotografías siguientes.
Fue
el pasado 31 de agosto cuando encontrándose paseando por aquel lugar Dª. Pilar
Abad Jaraute, acompañada por D. Carlos Jaraute Ibuarben
y los padres de éste, (Dª. Puri y D. Jesús) pudieron percatarse de que se había
producido un hundimiento en el terreno, dando paso a una oquedad.
En
el corte se veía, sobresaliendo, una losa encastrada en la tierra que, en
opinión de D. Jesús Baeyens pudiera corresponder al “cerramiento de alguna
galería o depósito”. Debemos recordar que, como hemos señalado, en la “Mora
encantada” hubo silos para el almacenamiento de cereal y, lo ahora descubierto,
podría ser uno de ellos con su correspondiente cierre.
Pero
al margen del significado del hallazgo que deberá ser interpretado por los
especialistas, lo que nuestro amable comunicante quiere resaltar es el
comportamiento de las personas que lo protagonizaron pues dieron cuenta
inmediatamente a la Guardia Civil y esperaron allí hasta que se personaron para
realizar las correspondientes diligencias. Después lo comunicaron también al
Ayuntamiento de Bulbuente, dando prueba de su civismo.
Junto
a la existencia de numerosos expoliadores del Patrimonio hay casos, como el que
nos ocupa, de ciudadanos responsables. Quizás, sería conveniente que, al igual
que ocurre en otros países, se establecieran los cauces adecuado para notificar
esos hallazgos, precisando cómo y a quién se debe efectuar las notificaciones
de descubrimientos arqueológicos.
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