Desde la Casa de Aguilar pudimos presenciar, en la tarde del pasado domingo, un bonito arco iris, completamente semicircular, lo que no siempre es frecuente. En la realidad era mucho más vistoso que como aparece en las imágenes, a pesar de que Enrique Lacleta, que estaba en esos momentos en nuestras oficinas, se esforzó por reflejarlo.
Como suele ser habitual, los colores
eran más intensos en los laterales de ese gran arco que se alzaba sobre los
tejados que rodean ese privilegiado observatorio que es la planta superior de nuestra
sede.
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