El 18 de mayo de 1930 nació en Borja el hermano Félix Pascual Ferrández Jiménez S. J. Era hijo de D. José Ferrández y Dª. Donata Jiménez, siendo bautizado en la parroquia de San Bartolomé el 21 de mayo de ese año. Desde muy temprana edad dio muestras de una gran piedad, entrando a formar parte de la Congregación Mariana y, posteriormente, de la Adoración Nocturna y de la cofradía del Carmen.
Tenía 19 años cuando decidió ingresar en la Compañía de Jesús, realizando el noviciado y el postulantado en Loyola, donde emitió sus primeros votos. Allí permaneció varios años como encargado de la huerta. Entre 1956 y 1959 cursó estudios de Economía Rural en la Escuela Agraria de Cogullada.
Al finalizar los mismos fue destinado al monasterio de Veruela, donde le encargaron de la huerta y de las fincas que dependían de él. Al llegar, encontró que la mayor parte de las 12.000 cepas que existían se encontraban afectadas por el mildiu y se había decidido arrancarlas. Se propuso salvarlas y, con el tratamiento adecuado lo consiguió. Ante este éxito le encomendaron la realización de unos cursillos sobre temas agrícolas y ganaderos que impartió durante cuatro años. Creó también un vivero de árboles frutales y de fronda con los que fue posible rehacer todas las arboledas del monasterio.
Durante
la visita que hemos realizado estos días, con un grupo llegado desde Madrid, lo
recordamos al pasar por ese precioso espacio ajardinado que hay a la entrada
del monasterio de Veruela, pues fue quien lo creó. Por eso nos atrevemos a
pedir, precisamente ahora, a que le sea dedicada una placa en ese lugar a este
borjano ejemplar.
En 1963 pasó a Javier,
como responsable de sus fincas pero, al crearse la provincia jesuítica de
Aragón en 1967, volvió a Zaragoza y de cuidar fincas, tuvo que hacerse cargo de
la sacristía de la iglesia del Sagrado Corazón. Allí fundó una escolanía de cantores
y monaguillos, con los que desarrolló una intensa actividad pastoral. Comenzó
también a crear belenes monumentales y dioramas, una afición que mantuvo en
todos los lugares donde estuvo.
En octubre de 1982 fue
destinado a la Ciudad de los Muchachos de Nazaret, en Alicante, como enfermero.
Para ese nuevo cometido se preparó en la Clínica de San Juan de Dios de
Zaragoza. Pero, recordando su verdadera afición, muy ponto montó un huerto invernadero,
donde los jóvenes recibían formación por las mañanas y, por las tardes, se
impartían clases para acceder al título de jardinería del INEM. Aquellas
instalaciones fueron un auténtico modelo por la forma en que fueron concebidas
y realizadas, hasta el punto de que le encomendaron el ajardinamiento de la
recién creada Universidad de Alicante.
Regresó a la capital
aragonesa en 1992, como sacristán de la nueva parroquia del Sagrado Corazón en
el parque de Miraflores. Era también responsable del centro parroquial y
supervisor de obras, pero aún le quedó tiempo para crear un taller ocupacional
en el Hospital Psiquiátrico. En 1999, fue destinado al palacio del Santo Duque
en Gandía. Trabajó en pastoral vocacional y, poco después creó un taller
ocupacional en colaboración con el “Proyecto Hombre”. A consecuencia de un
accidente, tuvo que dejar aquella ciudad en 2002, siendo destinado, ya como
jubilado, al Centro Pignatelli de Zaragoza, desde donde no dejó de atender el
Taller de Jardinería que años antes había creado en el Psiquiátrico.
Falleció en el Santuario
de Loyola el 5 de julio de 2022, a los 92 años de edad. Su funeral tuvo lugar
al día siguiente en esa basílica en la que había emitido sus primeros votos. En
nuestro blog, publicamos su necrológica y también lo habíamos incluido en
nuestro Diccionario Biográfico.
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