Como comentamos en su momento, entre el numeroso conjunto de obras que constituyen la última donación de D. Isidro Aguilera Aragón, hay muchos catálogos, de los que hoy reseñamos tres.
Uno de ellos es el de la exposición
organizada por el Colegio de Arquitectos de Aragón, con el Ayuntamiento de
Zaragoza y Cajalón, entre diciembre de 2004 y enero de 2005, con el lema Francisco
Albiñana. Arquitecto, político e intelectual. Fue comisariada por José
Antonio Lorente Fernández, Carlos Martín La Moneda y Teófilo Martín Saénz.
Prologan el catálogo el Alcalde D. Juan
Alberto Belloch; el Presidente del Colegio D. Emilio Rivas Soria y el de
Cajalón D. Bruno Catalán Sebastián. Incluye una serie de estudios sobre la
figura y la obra de este ilustre arquitecto aragonés:
“En torno a la generación de Francisco
Albiñana” (Pedro Navascués Palacio); “Arquitectura zaragozana en la época de
Francisco Albiñana” (Jesús Martínez Verón); y “La arquitectura de Francisco
Albiñana 1922-1936” (José Antonio Lorente).
Sigue a continuación el catálogo de sus
obras que firma José Antonio Lorente y unos apuntes biográficos del mismo autor
junto con Teófilo Martín.
De febrero a
marzo de 1991, tuvo lugar en el Centro de Exposiciones y Congresos de Zaragoza
la exposición La Escuela de Madrid, organizada por la Fundación
Humanismo y Democracia, junto con Ibercaja.
Junto con la reproducción de las obras
que se pudieron ver, el catálogo incluía los siguientes artículos: “Víctor Baillo
y la Escuela de Madrid” (Javier Tusell y Álvaro Martínez Novillo); y “La Escuela
de Madrid. Una etapa de la pintura española”.
Otro catálogo antiguo es de la
exposición de Francisco Pradilla Ortiz, organizada con motivo de las
Fiestas del Pilar de 1987, en la Lonja, por el Ayuntamiento de Zaragoza con el
patrocinio de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja.
Lo prologaba el Alcalde D. Antonio
González Triviño y el Concejal de Acción Cultural D. José Manuel Díaz Sancho.
Ana García Loranca y Ramón García Rama eran los autores de un breve estudio
introductorio, al que seguía la reproducción de todas las obras, unas en blanco
y negro y otras en color.
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