El 19 de mayo de 1606, ingresó en el Colegio de Abogados de Zaragoza D. Gregorio Ganaverro, natural de Magallón, que había cursado los estudios de Derecho en la Universidad de Zaragoza. Fue uno de los más destacados juristas de su época y se conservan diversos alegatos relacionados con los procesos en los que intervino. Más tarde, fue enviado al reino de Nápoles con Inspector del Real Patrimonio, siendo nombrado después Presidente de la Real Cámara de la Sumaria de ese reino, donde falleció, a consecuencia de la peste. Juan Francisco Andrés de Uztarroz, en su obra Aganipe de los cisnes aragoneses, le dedica una estrofa, cantando sus excelencias:
Gregorio Ganaverro, en
quien se mira
de Astrea la alabanza,
de Magallón, su patria, la alabanza
merece, y por su lira
elogios inmortales,
y donde del Sebeto los cristales
aplauden su prudencia,
su ingenio, su cordura y elocuencia.
En
Nápoles publicó de 1655, la obra Decisiones
Svpremi Trbvanlis Praefecto Praetorii Regiae Camerae Neapolitanae, de la
que el Centro de Estudios Borjanos pudo conseguir uno de los raros ejemplares
conservados, en el que aparece el magnífico grabado con su retrato que
reproducimos en primer lugar.
El 19 de mayo de 1650 nació en Tabuenca el P. fray Francisco Cuartero Aznar. Era
hijo de Martín Cuartero y Magdalena Aznar. Profesó como agustino descalzo,
llegando a ser Provincial de la Orden.
El 19 de
mayo de 1903 fue bautizado en la parroquia de San Bartolomé de Borja D. Lorenzo Parroqué Garriga. Abogado de
profesión, el 30 de noviembre de 1930 fundó el semanario La Voz de Borja, bajo cuya dirección llegaron a editarse 41
números. El 31 de diciembre de 1936 fue nombrado Alcalde de Borja, tras la
crisis provocada a consecuencia del reparto de las contribuciones especiales.
Desde el 26 de julio de ese año, presidía la corporación municipal D. Ernesto
López y el problema surgió cuando el Primer Teniente de Alcalde D. José María
Fraguas presentó su dimisión por no estar de acuerdo con la forma en la que se
había efectuado el reparto de la contribución. En plena Guerra Civil esa
decisión obligó a las autoridades provinciales a cesar a todo el Ayuntamiento,
nombrando Alcalde a D. Lorenzo Parroqué que ejerció el cargo hasta que, el 30
de marzo de 1941, pidió licencia por traslado de residencia. Se hizo cargo de
la Alcaldía, de manera accidental D. Santiago Viamonte Lacilla, hasta que el 26
de febrero de 1942, fue nombrado Alcalde D. Pascual Sorrosal Fanlo.
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