Ayer
falleció en Madrid el Excmo. Sr. D. Carlos Sánchez del Río y Sierra, nacido en
nuestra ciudad el 16 de agosto de 1924. Su desaparición representa una sensible
pérdida para Borja, donde ha mantenido su casa solariega y a por la que siempre
sintió un especial afecto, proclamando en todos los ámbitos en los que se desarrolló
su actividad su condición de borjano.
Porque,
el Prof. Sánchez del Río ha sido una de las personalidades más relevantes de la
Ciencia española en época contemporánea. En 1950, se convirtió en el
catedrático más joven de España, al obtener la cátedra de Óptica de la Universidad de la
La Laguna. Su gran pasión fue, sin embargo, la Física Nuclear. Tras ampliar
estudios en la Universidad de Roma, el Centro Informazione Studi ed Esperience
(Milán), la Université de Genève, la Eidgenössische Technische Hoschschule
(Zurich) y la Universidad de Chicago, donde conoció a la que sería su esposa,
Liliana, recientemente desaparecida también, inició su docencia en esa
especialidad en la Universidad Complutense, a partir de 1953.
Como
señalábamos hace unos meses, desde ese momento fue una figura clave para la
Física Nuclear, tanto en la Universidad como en la Junta de Energía Nuclear,
dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas del que llegó a
ser Presidente. Su actividad internacional fue, asimismo, muy relevante,
participando en numerosos congresos y representando a España en diversas
conferencias internacionales. Fue Director de la División de Reactores del
Organismo Internacional de Energía Atómica de Viena director de división del
Organismo Internacional de Energía Atómica (Viena), Presidente del Centro de
Compilación de Datos Nucleares de París y representante de España en la
Sociedad Europea de Energía Atómica y en el Centro Europeo de Investigaciones
Nucleares (CERN) de Ginebra.
Por otra parte, desempeñó
la Dirección General de Política Científica del Ministerio de Educación y
Ciencia y fue Presidente de la Comisión Asesora de Investigación Científica y
Técnica.
En 1974, fue elegido Académico
Numerario de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, tomando
posesión el 26 de febrero de 1975 con un discurso sobre "La crisis
energética y la respuesta nuclear". Tras desempeñar la Vice-Presidencia
durante varios años, el 18 de diciembre 2002 fue elegido Presidente de la misma,
cargo al que renunció el 25 de mayo de 2005, siendo nombrado entonces
Presidente de Honor de esa corporación.
Miembro del Colegio
Libre de Eméritos fue Vice-Presidente del mismo durante un largo período. A lo
largo de su vida, fueron numerosos los reconocimientos recibidos en los más
diversos ámbitos, aunque resulta llamativo el que, entre esa larga relación, no
figure ninguno de su ciudad natal.
En
el Centro de Estudios Borjanos, su muerte es especialmente sentida dada la
estrecha vinculación que siempre mantuvo, desde que en 1982 fuera nombrado
Consejero del mismo Su discurso de entrada, pronunciado el 14 de marzo de 1987
en el Salón de Reyes de la Casa Consistorial versó sobre “Antonio María de
Herrero, un científico borjano de la Ilustración”, otra de las grandes
personalidades nacidas en nuestra ciudad que ha pasado desapercibida.
Desde entonces, su presencia fue habitual en muchos
actos organizados por nuestro Centro. Entre ellos, hemos seleccionado una
imagen de la presentación de la obra Guía para una visita a la ciudad de Borja,
llevada a cabo el 30 de enero de 1988, y otra del Congreso sobre “Borja y la
Raya occidental de Aragón”, en el que presidió varias sesiones.
Especialmente importante fue el gesto realizado el
pasado verano cuando decidió donar al Centro el archivo familiar, con
importantes documentos, algunos libros de especial interés y la reliquia de San
Blas, que conservaba en su casa, en una bonita vitrina, para que fuera expuesta
en el Museo de Santa Clara.
Recordando
también la figura de su padre, D. Carlos Sánchez del Río Peguero (1897-1988),
el ilustre Catedrático de Derecho Romano de la Universidad de Zaragoza y
Presidente de nuestro Centro, entre 1969 y 1972, queremos hacer llegar a sus
hijos, a su hermano, el P. Tomás Sánchez del Río S. J. y a todos sus familiares, el testimonio de todo nuestro
afecto ante la desaparición de quien fue un gran hombre de Ciencia, un borjano
ejemplar y una excelente persona.
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