Estos
días de pertinaz pluviosidad nos hemos fijado en los canalones que evacuan el
agua de los tejados de muchas casas. Algunas personas que, por residir en
ciudades donde su uso es menos frecuente, ya nos habían pedido que publicáramos
imágenes de los mismos. Enrique Lacleta ha recopilado la práctica totalidad de
las existentes en nuestras calles y, por este motivo, queremos atender a esas
peticiones.
En
primer lugar, debemos señalar que el nombre con el que se les conoce aquí es el
de “canalones”, mientras que “canaleras” son los canales que recorren el alero,
recogiendo el agua que evacuan los canalones.
Lógicamente,
no es algo privativo de Borja, sino que son habituales en otros muchos lugares.
Su utilización no es muy antigua. Probablemente, no se remonta más allá del
siglo XIX ya que los edificios de los siglos XVI y XVII carecían de ellos. Sin
embargo, ya en las Ordenanzas
Municipales de 1894 se prohibió su empleo. En el artículo 324 de las mismas se
establecía: “Quedan prohibidos los canalones salientes en todas las casas de
nueva construcción; las aguas pluviales que viertan a la vía pública se bajará
por tubos adosados al muro de la fachada que desagüen en el arroyo o por tubos
empotrados en la misma pared. Los mismo se hará cuando se practique reforma
general de la fachada y alero de tejados de edificios viejos”.
El
remoto precedente de estos canalones fueron las gárgolas de los grandes
edificios medievales con formas de animales mitológicos. Lo cierto es que,
cuando se comenzaron a fabricar los “nuevos” canalones en muchos casos eran
rematados con cabezas de perro. En principio, eran fabricadas por artesanos
locales, aunque más tarde fueron objeto de producción industrial. Es curiosa,
la similitud que presentan los modelos elaborados en lugares muy alejados.
En
cuanto a la tipología de los conservados aquí, hemos podido constatar la
existencia de varios modelos. El más sencillo adopta la forma de trompeta lisa
con un abocinamiento en su extremo distal.
Sin
embargo, lo habitual es que lleven una especie de gola de alambre trenzado,
próxima a la boca y más o menos elaborada. En todos los casos, los canalones
estás soldados a la canalera y llevan un soporte de hierro con una abrazadera
que los sostiene.
En
algunos casos, hemos visto que, además de la gola citada, existe otra de menor
tamaño, en torno a la misma boca, como puede verse en esta fotografía.
Una
variante de estos canalones, en forma de trompeta, es la que presenta un
acodamiento en su extremo, aunque manteniendo el resto de las características
antes reseñadas.
En
esta imagen se pueden ver muy bien los dos tipos. El de la izquierda de forma
recta y el de la derecha con el acodamiento y la particularidad de que la boca
es dentada.
Hasta
aquí nos hemos ocupado de los modelos más sencillos. En un próximo artículo lo
haremos con otros más complejos y bonitos, así como de los de producción
industrial, de más reciente introducción.
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