domingo, 12 de mayo de 2013

Naufragio en el Ebro



            Cuando el 19 de diciembre pasado publicamos un artículo sobre el Patrimonio Artístico de Boquiñeni, incluíamos entre los atractivos turísticos del municipio a la llamada “barca” reconstruida hace unos años y que permitía el cruce del Ebro. Lamentablemente, la embarcación ya no existe pues fue arrastrada por la corriente durante la riada de enero y terminó embarrancada y destruida en la zona de la finca de Santa Inés, dentro del término municipal de Alagón, aunque algunos de sus restos llegaron incluso al pozo de San Lázaro en Zaragoza. 




            Terminaba así sus días el principal símbolo de la localidad, pues figura en su escudo heráldico, en cuya recuperación se habían invertido cuantiosos recursos.


            Desde mediados del siglo XIX, al menos, está documentada la existencia de la llamada “barca del Carladero”, un pontón que permitía la comunicación entre las localidades de Pradilla de Ebro y Boquiñeni. Se mantuvo en servicio hasta principios de los años 80 del pasado siglo, cuando la construcción de nuevos puentes fue restándole utilidad, quedando abandonada en el cauce, donde el río la fue enterrando, poco a poco, hasta cerca de dos metros de profundidad.
            En enero de 2000, se constituyó en Boquiñeni la Asociación de Amigos de la Barca de Boquiñeni (ADABAR-BOQUIÑENI), con el propósito de recuperarla y volver a ponerla en servicio. En principio, se intentó extraer la primitiva embarcación por lo que, el primer año, un entusiasta grupo de voluntarios, pertenecientes a la citada asociación, comenzó a excavar en el río, llegando a desenterrar la embarcación. Con la llegada del invierno y el aumento del nivel del río, la zona excavada quedó anegada, haciendo imposible la continuación de los trabajos.



            Ese compás de espera fue utilizado para recabar información sobre embarcaciones similares y el levantamiento de planos, con las medidas que ya habían sido tomadas, los cuales fueron realizados por el Catedrático de Mecánica de Medios Continuos y Teoría de Estructuras de la Universidad de Zaragoza y vecino de Boquiñeni D. Luis Gracia Villa.



            En 2001, se recabó la ayuda del Regimiento de Pontoneros y Especialidades de Ingenieros nº 12, con sede en Monzalbarba, para que, con los medios adecuados, procedieran a la extracción de la “barca”. Una unidad del citado regimiento se trasladó a Boquiñeni pero fue imposible izar la embarcación al remolque dispuesto para su transporte ya que, debido a su mal estado de conservación, se deshacía al menor roce. Sólo pudieron recuperarse dos cuadernas, varios corvos y diversos elementos de la clavazón que fueron conservados para su exhibición en un proyectado Museo del Ebro.



Fue, entonces, cuando aprovechando los planos elaborados se tomó la decisión de acometer la construcción de una réplica, con una eslora de 19,07 metros y una manga de 5,76 metros, medidas similares a la original que tenía 18,90 metros de eslora y 6 de manga. Los entusiastas miembros de la Asociación habilitaron un almacén de la localidad para que hiciera las veces de atarazana y lo dotaron de la maquinaria precisa, con materiales reaprovechados. 



            Lo primero que construyeron fue un remolque que sirviera como soporte para la obra y que, posteriormente, permitiera su transporte al río. Para ello utilizaron unas vigas procedentes de la antigua báscula municipal. Después se inició el acopio de la madera de pino, haya, abeto y pino que se utilizó para ir dando forma a la "barca” durante los fines de semana, con la colaboración de Dª Damaris Alonso, una restauradora que tiene su taller en Boquiñeni. A pesar de la aportación desinteresada de mano de obra, el coste del proyecto se evaluaba, inicialmente, en unos 72.150 Euros, al que contribuyeron diversas entidades con algo más de 20.000, intentando recabar el resto la Asociación con las contribuciones de sus socios y los beneficios obtenidos a través de diversas iniciativas.




            Finalmente, en 2003, la embarcación,  bautizada  con el nombre de “Virgen del Rosario”, fue transportada hasta el Ebro y botada en sus aguas. Antes fue preciso construir los embarcaderos en ambos orillas, tras obtener los correspondientes permisos. En tres ocasiones tuvieron que volver los miembros del Regimiento de Pontoneros para recabar los datos necesarios, en relación con la profundidad, corriente y emplazamiento del paso, y realizar el preceptivo informe.



            Todo ello provocó que la entrada en servicio, prevista inicialmente para el Dia de San Jorge, se demorara hasta el 27 de septiembre de 2003. En el acto estuvieron presentes el Presidente del Gobierno de Aragón, D. Marcelino Iglesias, y el de la Diputación Provincial de Zaragoza, D. Javier Lambán, junto con numerosas personas.



            Poco a poco, la embarcación se fue deteriorando y en 2009 fue retirada del servicio para someterla a las necesarias obras de reparación. El 19 de agosto de 2011 volvió a ser botada, utilizando dos grandes grúas y tendiendo, de nuevo, la sirga que facilita el cruce del río. Unos meses antes, habían finalizado las obras de mejora del camino que conduce al embarcadero, con un presupuesto de 56.699 Euros, aportados por la Diputación Provincial de Zaragoza.




            La riada de este año acabó con las ilusiones empeñadas en el proyecto y la importante inversión realizada para su  recuperación.





            Ahora, en nuestra visita a Boquiñeni, hemos podido ver los restos de los embarcaderos con la sirga caída, el remolque utilizado para su transporte abandonado en la orilla y el cartel que se instaló con el lema “Navega… y disfruta”.









1 comentario:

  1. Es una pena ver como se ha llevado el agua el trabajo y la ilusión de las gentes que quisieron recuperar parte de la historia cotidiana y el modo de vivir de los antepasados.
    Sin embargo, en honor a la verdad histórica, tengo que hacer una corrección a la información de esta página.
    La Barca del Carladero de Boquiñeni fué siempre utilizada por los agricultores para acceder a trabajar a los campos así denominados "El Carladerdo" situados aguas abajo de Boquiñeni en el otro lado del Ebro. Nunca fue para el paso a Pradilla, que está situada aguas arriba del Ebro de la localidad boquiñenera.
    Para el paso del río Ebro de Pradilla a Boquiñeni y de allí a Zaragoza por el Camino Real y demás trayectos existió, desde tiempos muy antiguos, el paso de la barca de Pradilla propiedad a través de la historia, de señores feudales de Pradilla, su ayuntamiento o particulares arrendatarios que ofrecían este servicio.
    El hecho de situar la reconstruida barca de Boquiñeni en el paso de Pradilla fue consensuado por la asociación Adabar y el ayuntamiento de Pradilla, puesto que el Carladero, que era su lugar propio quedaba alejado de los pueblos y caminos que la pudieran hacer útil.

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