El monumento al dance en Luceni

            El Ayuntamiento de Luceni tiene su sede, en la actualidad, en el antiguo palacio de los condes de Fuenclara, entre los que destacó D. Pedro Cebrián y Agustín, V titular del condado y natural de esa localidad, al que se recuerda en una lápida instalada en la escalera principal del edificio, de la que nos ocupamos en un artículo publicado en este blog, el 25 de mayo de 2012. Hoy queremos comentar el monumento al dance que pudimos fotografiar en una reciente visita.

            Ubicado en los jardines situados delante de la fachada principal, es una figura en bronce, de un metro de altura, que representa a uno de los danzantes con el atuendo tradicional, en actitud de bailar, con las manos en alto en las que porta las “castañuelas”. Está instalado sobre un pilar de ladrillo de más de dos metros de altura, rodeado de plantas.

            En el pedestal, una placa con el escudo del municipio informa sobre el autor del mismo y la fecha de su inauguración, 29 de abril de 2010, festividad de San Pedro Mártir, patrón de la localidad.

            Iván Gonzalo Pellejero es un joven artista local, cuyos padres nacieron en Luceni. Es Diplomado en Restauración y Conservación de Bienes Culturales por la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Aragón. Trabaja como escultor y su obra puede ser conocida a través del blog que mantiene con otros compañeros: http://tocondesnudo.blogspot.com.es/

            Ha realizado varias exposiciones y fue, precisamente, durante la que presentó en las bodegas del propio palacio de Luceni, en 2008, cuando se planteó la posibilidad de realizar este monumento. Como él mismo ha señalado, fue todo un reto por ser su primer encargo escultórico. En su blog detalla los distintos pasos encaminados a su materialización.

            Finalmente, en la fecha señalada, se procedió a inaugurar el monumento en presencia de la Alcaldesa de Luceni Dª Ana María Arellano, el Diputado Provincial D. Martín Llanas y el propio escultor.

            Un momento especialmente emocionante fue cuando uno de los danzantes, subiendo por la improvisada escala que formaban los palos de sus compañeros, procedió a colocar en la estatua una banda como la que ellos utilizan como elemento característico de su indumentaria. En la crónica de aquel acontecimiento se indicaba que, ante el éxito de la iniciativa, se pretendía repetirla cada año como punto de partida de las fiestas patronales.