viernes, 16 de septiembre de 2016

La archicofradía de la Virgen del Amor Hermoso en Borja


            En el archivo de la familia Ojeda ha aparecido esta importante fotografía en la que puede verse a la imagen de la Virgen del Amor Hermoso, situado bajo rico dosel coronado (aunque solo se aprecia parte de la corona), en un altar dispuesto en la plaza de San Francisco, junto a la tapia que existía en el lugar en el que ahora se levanta la casa del capellán del convento de Santa Clara. Esta misma ornamentación es la que se utilizaba en la fiesta del Corpus Christi, de ahí su interés. Por otra parte, nos permite comentar algunos aspectos relacionados con la archicofradía que tenía a esa Virgen como titular, cuyo recuerdo se ha diluido en el tiempo.
            Fue a mediados del mes de mayo del año 1839, cuando varias personas se reunieron en un domicilio particular de Madrid para honrar a la Virgen con motivo de la popular devoción de las flores o mes de María. A punto de acabarse el mes, la familia madrileña dueña del domicilio, junto con los devotos que allí se congregaron, decidieron invitar al padre jesuita Ramón García Leal para que les dirigiese espiritualmente en aquellos últimos actos. Viendo el sacerdote la honda devoción que los presentes profesaban a la Virgen, les instó a que constituyesen una asociación que continuase honrándola a través de “visitas” a las imágenes marianas más populares y veneradas de Madrid.
             Este reducido grupo de personas dio comienzo con tan piadosa práctica el 1 de junio del mismo año, pero dos o tres meses después ya se contaban por centenares. Ello motivó a que la asociación, conocida como “Corte de María”, fuera dividida en coros integrados por treinta y una personas, una por cada día del mes para que, según les tocase por sorteo, visitasen en nombre de todos los asociados una imagen de la Virgen.

            La Corte de María, elevada al rango de archicofradía en 1847, bajo el nombre oficial de “Real Archicofradía del culto continuo a la Santísima Virgen”, tuvo como titular a la Virgen en la advocación de Ntra. Sra. Reina de Todos los Santos y Madre del Amor Hermoso, estableciendo su sede en la iglesia madrileña de Santo Tomás y, desde principios del siglo XX, en la de San Ginés. Además, se vio favorecida por diversos obispos y papas, como Gregorio XVI y Pío IX, que le concedieron diversas e importantes indulgencias. La nueva devoción mariana se extendió rápidamente por España, entre otros motivos por el impulso dado por San Antonio María Claret, confesor de la reina Isabel II. 




En Borja, tenemos documentada su existencia en el convento de Santa Clara, al menos, desde 1848. Dos años después, el 25 de noviembre de 1850, llegó al convento la talla de la Virgen del Amor Hermoso que sufragada a través de las limosnas de un grupo de borjanas y, en su mayor parte, por las propias religiosas, quedando instalada en la hornacina central del retablo de San Francisco, en el testero del crucero del lado de la epístola, donde actualmente se conserva. La imagen responde al  modelo iconográfico fijado por el escultor granadino José Tomás (1790-1848) para la imagen que la Corte de María le encargó para la iglesia de Santo Tomás, ampliamente difundido en la época gracias a las numerosas litografías que se realizaron, de las cuales también se conserva una en el propio convento. Lamentablemente, esta imagen fue destruida durante la Guerra Civil, pero la existente ahora en la iglesia de San Ginés, obra de Mariano Bellver (1817-1876), escultor de Cámara de Isabel II, es copia de la original, como ocurre en el caso de la del convento borjano.

            La Corte de María fue, en nuestra ciudad,  el germen de otra asociación mariana católica muy importante, la de las Hijas de María, establecida igualmente en el convento de Santa Clara desde el 6 de enero de 1868 hasta el 2 de febrero de 1894, momento en el que se trasladó a la iglesia de Santo Domingo.  La Corte de María se extinguió en torno a 1970, último año que aparece consignado en el libro de contabilidad de la misma, guardado celosamente en el archivo de ese convento, mientras que la documentación de las Hijas de María se conserva en el archivo del Centro de Estudios Borjanos.



            La solemnidad de la Virgen del Amor Hermoso se celebra el treinta y uno de mayo. Sin embargo, en Borja solía celebrarse el tercer domingo de ese mes. Iba precedida por una novena, durante la cual la imagen de la Virgen se colocaba en el presbiterio, bajo una estructura decorada con diferentes elementos en madera dorada, ricas telas, luces, y flores, toda ella rematada por una gran corona real en madera dorada y policromada.

El día de la fiesta había, a primera hora de la mañana  una Misa de comunión general para las asociadas y, posteriormente, se celebraba la Misa Solemne, con sermón a cargo de un destacado orador sagrado, como era habitual. Por la tarde, después del ejercicio del novenario, salía la procesión por la plaza de San Francisco en la que tomaba parte el estandarte de la archicofradía que ahora se expone en Museo de Santa Clara. Con este motivo se instalaba el altar que aparece en la fotografía que ha dado origen a este comentario.

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