En
la colección de placas fotográficas de la familia Ojeda, que acabamos de
escanear, hemos encontrado estas dos imágenes en las que aparece la comparsa de
gigantes y cabezudos de Borja, con un atuendo que no teníamos documentado.
La primera de ellas,
corresponde a la procesión del Corpus, en la plaza de San Francisco, que viene
a demostrar la presencia en ella, tanto de los gigantes como de los cabezudos.
En la otra se ven en la plaza de Santo Domingo. En ambos casos, hemos recortado
las fotografías originales, para destacar el vestuario del Rey y la Reina que,
hasta el momento había pasado desapercibido y, de hecho, cuando el 27 de septiembre
de 2012, publicamos un artículo con los distintos modelos de gigantes que,
desde su creación en 1889, habían desfilado por las calles de Borja, no hicimos
alusión a esta variante, la más antigua, tras la remodelación del hada y el
nigromante originales.
Por ese motivo, hemos
creído conveniente volver a reproducir aquel artículo con la adición de los
ahora “descubiertos”.
Como
es bien conocido, los primeros gigantes fueron fruto de una iniciativa de D.
Baltasar González, en 1889, dentro de las conmemoraciones del I Centenario de
la Virgen de la Peana. Fueron realizados, conjuntamente por el ilustre pintor
borjano, en colaboración con otro gran pintor y dorador de nuestra ciudad, D.
Manuel Urchaga, abuelo de D. Manuel Meler Urchaga, que tenía su taller en la
plaza de España. Representaban a un hada y a un nigromante, acompañados por los
cabezudos conocidos con el nombre de la “Morica” y el “Berrugón”, financiados
por el Sindicato de Riegos de Borja, del que eran propiedad.
Muy
pronto fueron transformados en “Rey” y “Reina”, siendo probablemente su aspecto
el que aparece reflejado en las fotografías que hoy damos a conocer, mientras
que los cabezudos siguieron siendo los mismos.
En
la primera versión muda de Nobleza
Baturra, la filmada en Borja en 1925, llevaban ya otros trajes que, hasta
ahora, creíamos que habían sido los primeros realizados después de su
transformación. Si se observan con detenimiento estas antiguas imágenes, puede
apreciarse que el Rey se toca con corona y lleva barbas de pelo natural,
mientras que la reina usa peluca y. curiosamente, no ciñe corona. En cualquier
caso, la remodelación se había efectuado a partir del hada y el nigromante. Basta
fijarse en las características manos del rey, grandes y huesudas, así como en
los pronunciados pómulos de su rostro. Por otra parte, en la reina destacan los
brazos descubiertos que ya aparecían en el “hada”.
A
lo largo de la historia de estos gigantes, el vestuario se les modificó en
varias ocasiones. En principio, la reina siguió sin corona, como aparece en la
fotografía superior en la que luce una peluca con moño, aunque ya la lleva en
la segunda.
También
desfilaron con este otro aspecto, en el que el rey ceñía una espada al cinto.
Pero, a pesar de todos estos cambios, los gigantes seguían siendo los mismos.
Para identificarlos, hay que fijarse en las manos del rey y en el hecho de que
el pelo de ambos es “natural”.
Fue
en 1955 cuando se renovaron los gigantes. Acababa de tomar posesión de la
alcaldía D. Agustín Aperte y, en el programa de las ferias de ese año, se hacía
constar que, a las doce de la mañana del día 21 de septiembre, tendría lugar el
Pregón anunciador con participación de “la nueva comparsa de gigantes y
cabezudos”. Lo nuevo eran los gigantes que se hicieron a imagen de los
anteriores, aunque ya no llevaban pelo “natural”, sino troquelado en las
cabezas. El rey aún llevó unos años espada que, más tarde, quedó pronto quedó
arrumbada en el almacén municipal que existía en el antiguo convento de
dominicos, sobre el que había otras dependencias donde ensayaba la Banda de
Música. A la comparsa de cabezudos, integrada por los dos tradicionales, vino a
sumarse “El Rana” que era definido como el segundo hijo de los gigantes y cuyo
“bautizo” se efectuó otro día de esas mismas fiestas.
Este
era su aspecto en su última época, poco antes de que fueran sustituidos por
otros que se hicieron siendo alcalde D. Luis María Garriga.
Estos
gigantes, más toscos como antes hemos señalado, tenían la ventaja de que su
estructura interior era, primero de madera y luego de aluminio, por lo que su
peso era mucho menor y, por lo tanto, resultaban más manejables.
Entraron
en servicio en 1981 y son los que todavía forman parte de la comparsa, habiendo
sufrido, durante sus 30 años de existencia, diversos repintes. El más llamativo
fue el que aparece en la fotografía anterior, con un rojo detonante en labios y
pómulos.
A
estos gigantes se les unieron en 2011, siendo Alcalde D. Eduardo Arilla Pablo, el
“hada” y el “nigromante”, recreados a partir de los gigantes de 1955, los de D.
Agustín Aperte. A ellos, se sumaron más tarde los cuatro “gigantillos”, de los
que ya hemos informado en diversas ocasiones, y a los que se va a incorporar
algún otro.
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