lunes, 19 de septiembre de 2016

Sorprendente repercusión de una charla de divulgación


            D. Germán Bandrés Martínez ha tenido la amabilidad de donar a la biblioteca del Centro de Estudios Borjanos el sexto volumen de las memorias de Eugenio Arraiza, que lleva por título Las dimensiones humanas. Añón-Veruela, 1956-1959.




            Eugenio Arraiza Rodríguez-Monte (1936-2015) nació en Pamplona. Ingresó en la Compañía de Jesús, cursando el juniorado en Veruela, entre 1956 y 1959. Licenciado en Filosofía y Letras por la universidad de Zaragoza, ciudad en la que ejerció su ministerio pastoral en el Picarral y colaboró con la revista Andalán, se estableció después en su localidad natal, donde llegó a ser un destacado activista cultural e impulsor de la cultura vasca.



            Entre sus obras, destaca la serie de memorias, de las que llegó a editar ocho volúmenes, a partir de los materiales que había reunido su madre, aunque el proyecto quedó inconcluso, dado que pretendía escribir otros cuatro más, al menos.



            El sexto de ellos está dedicado a su paso por Veruela y fue presentado en Tarazona, concediendo en aquella ocasión una entrevista a Moncayo Televisión, de la que ofrecemos el enlace. En este volumen reúne sus recuerdos de una etapa lejana y también sus impresiones derivadas de las visitas que realizó más tarde a esta zona. Lo sorprendente es que, en su epílogo, dedica nada menos que cinco páginas a una charla que pronunció en Añón el Presidente del Centro de Estudios Borjanos, dentro de uno de los fines de semana culturales que organiza la Asociación “La Fragua”. Sin duda, le impresionó, llegando a comentar muy favorablemente el desarrollo de la misma, aunque la transcripción de su contenido, se aleja bastante de la realidad, como su alusión a los aviones que transportaban a los detenidos en Iraq hasta la base de Guantánamo, de los que llega a afirmar que eran de la Orden de Malta, algo inaudito, aunque la citada Orden llegó a contar con una flota aérea al término de la II Guerra Mundial, de la que se proyectó una imagen que pudo inducirle a error. Afirma que, al término de la charla, saludó a nuestro Presidente, el cual le dio su tarjeta de visita. “La tengo que utilizar”, señala, pero su fallecimiento impidió que esa entrevista pudiera realizarse, lo que sin duda hubiera contribuido a aclarar aspectos como el anteriormente señalado.

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