Dª.
Carmina Gascón nos ha donado el libro El
misionero salesiano D. Alberto Serrano Cotoré (1942-1998), publicada en
2018 por D. Juan Vivancos Antón, Cronista Oficial de Cabezo de Torres (Murcia).
Se
trata de una obra de 334 páginas en la que se relata con detalle, apoyándose en
los testimonios de muchas personas que le conocieron, la vida de este
sacerdote, nacido en Gallur el 26 de febrero de 1942 que falleció en la
República de Mali el 17 de abril de 1998. Conocíamos de su existencia desde
hace no demasiado tiempo, a través de las informaciones del Centro de Estudios
Galluranos y habíamos incluido imágenes suyas en la base de datos que estamos
creando, pero este libro constituye una extraordinaria aportación para
profundizar en la trayectoria vital de este misionero gallurano, sobre todo por
las fotografías que incluye, muchas de ellas facilitadas por su hermano D.
Alfredo Serrano Cotoré.
Ambos
eran los únicos hijos del matrimonio formado por D. Lino Serrano Forniés y Dª.
Mercedes Cotoré Gracia. Esta última era de familia gallurana, mientras que el
padre procedía de Brea de Aragón. Llegó a Gallur para ejercer como Practicante,
profesión que también siguió su hijo Alfredo.
Alberto,
sin embargo, siguiendo el ejemplo de otro salesiano de Gallur, el P. Antonio
Manero Borao, decidió abrazar la vida religiosa y, con tan solo 12 años,
ingresó en la casa que la orden tenía en Huesca para realizar el aspirantado.
El noviciado lo efectuó
en Arbós del Penedés. Ordenado sacerdote en 1969, su primer destino fue el
colegio Don Bosco de Cabezo de Torres, donde permaneció diez años, realizando
una ingente labor pastoral, fruto de la cual es el profundo recuerdo que allí
dejó y que fue determinante a la hora de asumir la elaboración de su biografía
por el Cronista de la localidad, donde además tiene dedicada una calle y le fue
erigido un monumento a su memoria.
En
1979 pidió ser trasladado a La Almunia de Doña Godina, para estar más cerca de
su madre, que era viuda desde 1952, pero cuando falleció en 1981, D. Alberto marchó
a Mali con los primeros misioneros de la orden que partieron para tierras
africanas.
Allí fue director de una escuela profesional en Bamako y luego de otras en Sikasso. Su
inesperada muerte se produjo acompañando a los miembros de una ONG valenciana
en su visita al país, como consecuencia de lo que podríamos calificar de un “golpe
de calor” provocado por las adversas circunstancias a las que tuvieron que
enfrentarse en un aciago desplazamiento por rutas impracticables.
Sus
restos reposan en el cementerio de Sikasso y una cruz señala el lugar en el que
murió a la escasa sombra que le proporcionaba un árbol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario