Las botellas llevaban varios días preparadas pero, las circunstancias que estamos atravesando, impidieron que pudieran descorcharse en honor a la nueva nieta de nuestro Presidente. Por fin, aprovechando la grabación efectuada el pasado sábado permitió que los participantes en ella, alzaran los vasos de cava aragonés, brindando por la pequeña Inés que vino al mundo en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, el pasado 7 de octubre.
No era
un día cualquiera, dado que se conmemoraba el aniversario de la que Cervantes
calificó como “La más grande ocasión que vieron los siglos”: la gran victoria
de Lepanto en 1570 y, además, la fiesta de Nuestra Señora del Rosario.
Porque,
el Papa San Pío V, al que se le apareció la Virgen para anunciarle el triunfo
de las armas cristianas, la instituyó en agradecimiento de la victoria y,
además, fue el gran difusor del rezo del Santo Rosario en la Cristiandad.
Por
eso, al abuelo le hubiera gustado que al nombre de Inés le hubieran sido unidos
los de Rosario de la Victoria pero, en estos tiempos, ya no se estila la
multiplicidad de nombres.
La niña
que pesó más de 3,7 kilos e hizo su entrada con los ojos muy abiertos, se encuentra
en perfecto estado, así como su madre María Eugenia Ruiz-Gálvez Juzgado.
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