Habíamos
seguido con preocupación el brote de coronavirus que se había desencadenado en
el convento de San Jorge, de religiosas franciscanas clarisas de Tauste, el
cual visitamos en 2012, acompañados por el Dr. D. Alberto Aguilera, con motivo de la exposición “Descubre los pasos de
Santa Clara con los cinco sentidos”, instalada en su claustro.
Supimos después de la favorable evolución de las religiosas y el preocupante estado de salud de su capellán. Ayer, nos llegó la noticia de su fallecimiento el pasado 17 de octubre y, con sorpresa, hemos sabido que el capellán era D. José Antonio Pueyo Izquierdo, antiguo párroco de Gallur, con quien, en el pasado, habíamos mantenido una buena relación.
D.
José Antonio había nacido en Zaragoza y fue ordenado sacerdote el 26 de marzo
de 1966. Ejerció su ministerio pastoral en Épila, Azuara, Samper de Salz,
Lagata y San Mateo de Gállego, hasta que, en 1999, se hizo cargo de la
parroquia de Gallur.
Desde
el primer momento, supo ganarse el afecto de todos los galluranos haciéndose
uno más entre ellos. Por eso, la celebración de sus Bodas de Oro sacerdotales,
celebradas en marzo de 2016, constituyó una manifestación del cariño que se le
profesaba en una localidad que eligió como lugar de residencia, incluso cuando
en octubre de 2018 se integró en el equipo sacerdotal que atendía las
parroquias de Tauste, Sancho Abarca y Santa Engracia.
En
Gallur quedará el recuerdo de la homilía que predicó en la Eucaristía del
pasado Jueves Santo, ante un templo vacío por la epidemia que terminó por
arrebatar a una persona consagrada al servicio de Cristo y, por lo tanto, de
todas las personas entre las que discurrió su vida.
En
ellas ha dejado la huella profunda de su cercanía, bondad, sencillez, alegría y
generosidad que marcaron toda su trayectoria como sacerdote y hombre de bien.
Descanse en paz.
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