Uno de nuestro asiduos visitantes está releyendo estos días la novela del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, titulada La casa verde, cuya acción transcurre en la Amazonía peruana, donde se encuentra la localidad de Borja, que aparece reiteradamente mencionada en la misma.
Hace
tiempo, dedicamos un artículo en este blog a esa pequeña Borja de ultramar,
dentro de una serie sobre las localidades que, en todo el mundo, llevaban el
nombre de Borja.
Decíamos
entonces que el nombre oficial de la misma era “San Francisco de Borja”, aunque se la
conoció con la forma abreviada de “Borja” desde el momento de su fundación, que
tuvo lugar el 7 de diciembre de 1619, en el marco de la conquista del
territorio de los Mainas, una tribu descubierta, a finales del siglo XVI, a
orillas del río Marañón, relatando su historia hasta el momento actual en el
que forma parte del distrito de Manseriche, en la provincia del Datem del
Marañón, del departamento peruano de Loreto.
Con apenas 200 habitantes que
utilizan el gentilicio de “borjeños”, ni tan siquiera dispone de electricidad
durante todo el día y, para llegar hasta allí es preciso surcar las aguas del
río Marañón y atravesar el peligroso “pongo de Manseriche” en cuyos remolinos
naufragan muchas embarcaciones.
En esta imagen podemos ver la zona
de la Amazonia donde se ubica Borja. En la parte inferior se aprecia la
confluencia del río Santiago con el río Marañón, el cual corta a continuación
la cadena de cerros Campanqui para formar una garganta llamada Pongo de
Manseriche.
Pongo es el nombre que reciben esos estrechos entre montañas donde se
precipitan las aguas formando rápidos y torbellinos. Hay que tener en
cuenta que el Marañón tiene un caudal medio de unos 5.000 metros cúbicos por
segundo, pero puede alcanzar los 9.480, como ocurrió en 1970. De ahí la
dificultad que entraña su paso, en determinadas épocas y los naufragios que
tienen lugar en esa zona, aunque la utilización de embarcaciones de motor
facilita el paso.
Pero
es tan peligroso surcar sus aguas que llegamos a pensar en organizar una
expedición para que los munícipes borjanos pudieran conocer esa Borja peruana.
Bien es cierto que nuestra intención era esperar el desenlace del viaje en un
puesto militar que existe a la entrada del pongo, con el que llegamos a
contactar y se ofrecieron a acogernos con gran amabilidad.
Ahora, al revisar la información disponible en Internet, nos ha sorprendido encontrar el reportaje de una persona que lo atravesó. Se trata de Carla Royo Villanova, bien conocida en nuestra ciudad que también visitó y dejo testimonio de su estancia entre nosotros en una preciosa crónica.
Carla
que llegó hasta allí siguiendo los pasos de su padre, comentaba que es uno de
los lugares más peligrosos de la Amazonía, ofreciendo imágenes de sus rápidos.
También
incluyó otras imágenes de la localidad y de los habitantes que le acogieron con
gran cordialidad, Merece la pena leer el reportaje en este enlace.
Finalizamos
con estas otras fotos del paisaje que rodea a esa Borja peruana y de alguna de
sus viviendas que hemos vuelto a recordar debido a esa alusión que aparece en
la novela del gran escritor al que hacíamos referencia al inicio de este
artículo y que también aconsejamos leer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario