Acabamos de adquirir la obra Los sucesos del 23 de julio de 1936 en Luceni (Zaragoza) de la que es autor D. Victorino Ortega López, Licenciado en Derecho, que se confiesa “lucenero de adopción”. No conocíamos la existencia de esta obra que fue publicada en 2018 y nos ha interesado especialmente por la necesidad de conocer con precisión lo acaecido en esa localidad durante los primeros días de la Guerra Civil.
En nuestro Diccionario Biográfico
publicamos una relación de 83 personas que fueron fusilados, un número que nos
impresionó dado el número de habitantes que tenía Luceni en 1936. Pero en el
libro de Victorino Ortega se eleva esa cifra a 108, aunque hemos notado que no
se incluye a siete personas que nosotros dimos por fusiladas.
En aquella ocasión no pudimos incluir a
los muertos en combate, dado que no disponíamos de imágenes de la lápida que,
en homenaje a los caídos, se colocó en la fachada de la iglesia parroquial. La
hemos conocido ahora, a través de una fotografía de Beatriz Benedicto.
Lo primero que nos sorprendió fue el
que, al final de la lápida, figurase el nombre de una mujer: Dª. Eusebia
Balaguer Gracia, dado que era imposible que hubiera muerto combatiendo en el
frente. Pero es que, por otra parte, algunas fuentes la situaban entre las
represaliadas; por ese motivo, la incluimos en el Diccionario como
“fusilada”. Ahora, al leer la obra que estamos comentando hemos sabido que,
durante los enfrentamientos con las fuerzas de la Guardia de Asalto el 23 de
julio, se asomó a su ventana al escuchar los disparos, siendo alcanzado por uno
de ellos. No fue, por lo tanto, una de las víctimas de la dura represión que
siguió después y es significativo que se tomara la decisión de incluir su
nombre en la lápida de los caídos, precedido por el “Doña”.
Esa relación la encabezan otras dos
personas con el título de “Don”. Una de ellas es D. Leandro Cristino Jané Gale
que era el farmacéutico titular. Tenía 36 años y fue asesinado cuando un grupo
armado se dirigió a la farmacia para pedirle armas. Al contestar que no tenía
ninguna, le dispararon a la puerta de su casa, muriendo en el acto. Al oír el
disparo salió su mujer pidiendo auxilio y también le dispararon, resultado
herida en un brazo.
Por lo tanto, su inclusión en la lápida
tampoco obedeció a su condición de caído en el frente. Pero, junto a él, figura
D. Alejandro Lambea Rosell, sin que hayamos podido llegar a conocer las
circunstancias de su muerte que tampoco hemos encontrado en el libro.
Ha sido una de las sorpresas que nos ha
proporcionado la fotografía de Beatriz Benedicto, dado que se suele incluir a
Alejandro Lambea entre las víctimas de la represión. Así lo hizo el Prof. D.
Julián Casanova, de donde lo tomamos para nuestro Diccionario, donde
decíamos “Residente en Luceni, fue fusilado en Zaragoza el 28 de octubre de
1936, con 19 años de edad”. Es uno de los varios errores del libro El pasado
oculto. Fascismo y violencia en Aragón (1936-1939), dado que si figuraba en la
lápida es imposible que fuera fusilado por “desafecto”. Sin embargo, su nombre
está incluido también en el memorial del cementerio de Torrero, junto con otros
que tampoco fueron fusilados, como hemos comentado en ocasiones anteriores.
Pero, nos queda por saber quién era esta persona, así como las circunstancias
de su muerte. También desearíamos poder precisar definitivamente el número e
identidad de todos los fusilados (dadas las discrepancias existentes), así como
el frente en el que fallecieron los incluidos en la lápida lucenera.
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