Una de las visitas más esperadas dentro de la programación de la reunión de Hispania Nostra en Menorca, era la de las canteras de s’Hostal, situadas cerca de Ciutadella, y el recorrido por las siete hectáreas que forman el complejo no defraudó a nadie.
La visión, nada más acceder al recinto, ya resulta espectacular con el laberinto construido bajo esas paredes de cerca de 30 metros y la silueta del llamado “totem” que preside la zona en el límite entre las antiguas canteras de siglos pasados y las modernas donde, entre 1960 y 1994, continuó extrayéndose de forma mecánica la piedra de marés.
Con ese nombre de “marés” se conoce en las islas Baleares a
una arenisca, compuesta por granos calcáreos cohesionados por un cemento
natural de carbonatos. De tonos rosados y con la presencia de fósiles ha sido
una piedra muy utilizada en la construcción y monumentos importantes como la
catedral de Palma o el palacio de la Almudaina se levantaron con estos
materiales.
Cuando la explotación de las canteras
finalizó en 1994, fueron abandonadas y, poco a poco, se convirtieron en un
vertedero. Fue Laetitia Sauleau Lara quien se percató de las inmensas
posibilidades de esos impresionantes espacios esculpidos en la roca.
Laetitia nació en París en 1957. Allí estudio Arquitectura e
interesada por la obra de Gaudí se trasladó a Barcelona. Pero junto a su formación
como arquitecta comenzó a interesarse por la escultura y fue su labor como
artista la que le llevó a Menorca.
Fascinada por las antiguas “pedreres” de s’Hostal creó una asociación
sin ánimo de lucro que, poco después, se convirtió en la Fundación Líthica que
sigue presidiendo.
Líthica surgió por la urgente necesidad de evitar la
desaparición de las canteras de marés de Menorca bajo los escombros, dando
nueva vida a esos espacios sugerentes y espectaculares creados por la mano del
hombre. Desde 1994 Líthica desarrolla la rehabilitación integral de las
Pedreres de s’Hostal (Canteras de s’Hostal), convertidas en espacio lúdico y
cultural, respetando siempre su personalidad como cantera, gran jardín y
laberinto.
El recorrido por las mismas permite
constatar la perfecta fusión de la vegetación con las cicatrices creadas por el
hombre en el paisaje, para dar lugar a unos fascinantes rincones que suscitan
las más increíbles impresiones.
Nuestro recorrido finalizó en un
precioso jardín en el centro del cual una fuente contribuía a refrescar el
caluroso ambiente de la tarde. Allí nos fue servido un refrigerio que agradecimos,
tras la visita.
Pero la Fundación colabora también con
otras entidades para la divulgación y defensa del mundo de la cultura de la
piedra de Menorca. Dispone de un espacio dedicado a la formación en la técnica
constructiva de la piedra seca, presente en toda la isla y que, como se
recordará, fue incluida en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial
de la UNESCO.
La labor llevada a cabo por la
Fundación Líthica mereció el Premio Hispania Nostra a la rehabilitación
patrimonial e intervención en el paisaje y, en 2019, fue galardonada con uno de
los Premios Europa Nostra. Además, en 2017, las Canteras de s’Hostal fueron
declaradas Bien de Interés Etnológico (BIE) por el Consell Insular de Menorca,
formando parte del catálogo del Patrimonio Histórico de Menorca.
Actualmente, las canteras se han
convertido en un referente cultural donde se desarrollan actividades de todo
tipo y, por otra parte, ha acogido la celebración de bodas y otros eventos.
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