Continuamos hoy con la reseña de la obra Sevilla penitente que iniciamos ayer, cuyo segundo volumen incluye artículos de gran interés. El primero de ellos, del que es autor José Roda Peña, está dedicado a “El paso procesional: talla, dorado y escultura decorativa”. En él se estudian las andas procesionales que tipológicamente no responden a la denominación popular de “pasos de palio”, la mayoría de ellas con Cristo como protagonista, aunque también las relacionadas con la Soledad de la Virgen.
Juan Miguel González Gómez firma el capítulo
“Cuando Cristo pasa por Sevilla: escultura, iconografía y devoción”, donde
analiza minuciosamente las diferentes imágenes de ese Cristo sufriente que los
artistas supieron reflejar a la perfección.
Por su parte, José Torres Bohórquez
trata sobre “Los personajes secundarios de la Pasión” que también aparecen en
los pasos. Son muchos, desde los Apóstoles a las Marías, pasando por el
Centurión o los Sumos Sacerdotes.
Finalmente, Juan Martínez Alcalde escribe
sobre “La Virgen Dolorosa y el paso de palio”. En este apartado analiza artísticamente
las diferentes imágenes de la Virgen y describe con minuciosidad a esos
llamados “pasos de palio” con sus características tipológicas.
El tercer volumen incluye capítulos tan
significativos como el dedicado a lo que en realidad es una catequesis pasional
de los Misterios de Cristo, que firma Francisco Gil Delgado. Julio Martínez
Velasco se adentra en la estructura de las procesiones con especial referencia
al atuendo nazareno, las insignias y los penitentes.
Alejando Ollero Tassara y Luis León Vázquez
son los autores del apartado dedicado a “Capataces y costaleros”, elementos
imprescindibles para el desfile de los pasos, mientras que Antonio Reina Gómez
aborda otro aspecto complementario de singular importancia, el de la saeta y el
de sus principales intérpretes a lo largo del tiempo.
“El ajuar de plata” y “El esplendor y
simbolismo de los bordados” son tratados por María Jesús Sanz Serrano y Antonio
Mañes Manaute. En este último caso, ofreciendo una amplia relación de bordadores
sevillanos, continuadores de una larga tradición.
El volumen se completa con dos
capítulos titulados “El día” (Carlos Colón Perales) y “La noche” (Manuel Toro
Martínez) en los que, con profusión de imágenes, se presenta la espectacular
presencia de los desfiles procesionales por las calles sevillanas.
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