Ha sido en el palacio de Bulbuente donde
hemos encontrado el comic Lezo, que había sido adquirido por Luis Zueco
y que, hasta ahora, no habíamos tenido oportunidad de leer, a pesar de que nos
interesaba de manera muy especial.
En primer lugar, porque para su realización, Ángel Miranda Vicente (impulsor del proyecto y autor del guion) había recurrido a una campaña de micromecenazgo con la que reunió los fondos suficientes para la edición de la primera parte de esta biografía dibujada del gran marino español Blas de Lezo.
Pero, en segundo lugar, por la
participación en el proyecto de nuestro colaborador Ramón Vega que, en los títulos
de crédito, aparece como responsable de “Documentación e investigación”. Ramón
es un excelente dibujante, pero las ilustraciones del comic son obra de Guillermo
Mogorrón, un artista de dilatada trayectoria al que, sin embargo, algunos críticos
califican de excesivamente tosco en sus diseños y del recurso a un dramatismo
desaforado en la expresión de sus rostros.
El comic se centra en la vida de Lezo
hasta el inicio de la defensa de Cartagena de Indias, en 1741, frente al
intento del almirante inglés Edward Vernon de conquistar la plaza con 200
navíos y 30.000 hombres. El ataque fue repelido por una guarnición española
mucho menos numerosa y constituyó uno de los grandes fracasos de la historia
naval británica.
La historiografía española ha venido
atribuyendo el éxito de esta victoria al papel desempeñado por Blas de Lezo, personaje
mitificado desde el siglo XIX hasta nuestros días (basta recordar el monumento
que le ha sido dedicado en Madrid), presentándolo como una víctima del virrey
Eslava y de la incomprensión del monarca, lo que le hizo morir en la ciudad que
había defendido, prácticamente abandonado.
Sin embargo, el Presidente del Centro
de Estudios Borjanos publicó en 2012, un extenso artículo en el número 7 de la
revista Itsas Memoria (puede leerse en este enlace) en el que revisa
muchos de los aspectos de la biografía de Lezo y de manera especial de su
actuación en Cartagena de Indias.
No es el momento de comentar aquí la opinión
de nuestro Presidente sobre esta cuestión, aunque en el artículo reivindica la
figura y labor desempeñada por el virrey D. Sebastián de Eslava y Lazaga, que
era Teniente General del Ejército (Lezo era Teniente General de la Armada, pero
estaba subordinado a Eslava). Como mando supremo a él hay que atribuirle el triunfo,
sin negar el valor de Lezo, a pesar de que con la reducida fuerza naval que mandaba
poco podía hacer y, además, Eslava mandó hundirla para obstaculizar el acceso a
la bahía.
Estas viñetas intentan mostrar el
enfrentamiento entre ambos personajes, presentando a Eslava como un airado monstruo
que maltrata a Lezo y son solo alguno de los ejemplos en los que podríamos
incidir.
Como hemos comentado, el comic es la
primera parte de la historia que culminará con la victoria. No tenemos
constancia de que haya sido publicada la segunda, pero mucho nos tememos que,
en ella, se incidirá en los mismos planteamientos simplistas.
A la vista de lo que, en nuestra opinión,
es más una caricatura que la expresión de la realidad histórica, cabe preguntarse
cuál ha sido el papel desempeñado por Ramón Vega, investigador serio y riguroso.
No lo sabemos con certeza, pero desde luego ni el guion ni los dibujos son
suyos. Lo más probable es que sea el autor de los textos finales, así como de
las ilustraciones que los acompañan.
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