Hubo un tiempo en el que el Carnaval de
Borja tenía características muy diferentes a las actuales. Lo que primaban eran
los disfraces de personas con máscaras que recorrían las calles, preguntando “¿Me
conoces?”. Ni que decir tiene que quitar una máscara estaba penado.
Pero, eran los bailes, también con máscaras, del Círculo de la Amistad, los que concitaban el mayor interés, así como los concursos de disfraces infantiles que allí se organizaban.
En 1928 ganó el Primer Premio este
niño, cuya foto ya publicamos en el blog. Era Manuel Mayor Manero (1925-2004) que,
más tarde, se convirtió en uno de los más queridos pintores borjanos.
Pero, ya por entonces había muchos detractores
que cuestionaban los excesos de esos días. El más activo enemigo del Carnaval
era el párroco D. Manuel García que ya había conseguido controlar el semanario Ecos
del Moncayo donde, en 1928, publicó varios artículos contrarios, entre
ellos el que llevaba por título “Me conoces?”, aparecido tras las fiestas en el
que respondía a esa pregunta: “No, no te conozco, pues las pompas mundanas, las
libertades en las que te ha solazado, han apagado en ti la antorcha de la fe
que resplandecía en tu inteligencia, han manchado la vestidura blanca y transparente
que hermoseaba tu alma, han embrutecido los nobles sentimientos que alimentaba
tu sencillo corazón, han borrado en ti la imagen de Dios…”. Esta terrible diatriba
expresaba el sentir de la mayor parte de la Iglesia en relación con el Carnaval
que se manifestaba también por medio de las vigilias de oración en las que se
rezaba en reparación por los muchos pecados cometidos esos días. Ello influyó
en las autoridades civiles que, antes de la guerra civil, ya limitaron el uso de
máscaras en muchos lugares e incluso llegaron a prohibir los disfraces en algunas
ciudades, aunque la prohibición, con carácter general, no llegó hasta después
de la guerra civil.
Sin embargo, ese no fue el caso de Borja donde, a imagen del carnaval gaditano, existieron “murgas”, una de las cuales llevaba el nombre de “El Tostón”, integrada por miembros de la “alta sociedad” local, comandada por Joaquín Alfaro Malumbres, hermano del malogrado poeta Emilio Alfaro Malumbres. Se conserva el bando de 1929, año que hemos podido establecer, dado que el texto está “firmado” en Borja “el tres de marzo, domingo de Carnaval”. En él se mencionan los romances del preludio musical que atribuye a "Joaquinito Alfaro".
Este es otro texto en el que, se citan
en plan bufo varios establecimientos de la ciudad; la verdulería de Miguel Matute;
la fábrica de fideos de Fauquier; el comercio “Casa Martínez”; la modista Asunción
Jiménez; la farmacia de Escanilla; la carnicería de Millán; el comercio de
Ernesto López o la tienda de vinos de Remacha, sin que falta una alusión al “bar
de las camareras”, aunque no sabemos si se refiere al de la calle San Francisco
o al cabaret de la carretera de Ainzón.
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